La gala, magníficamente organizada, se celebró en Murcia. La noche deparó muchas alegrías a los representantes gaditanos, y ahora la Sierra, además de la Bahía y Jerez, lucen estrellas propias. Tras la ceremonia hubo un tapeo de alta cocina.

 

Por primera vez, Cosasdecomé acude, invitada por la organización, a una gala de la Guía Michelin. La convocatoria llega entre rumores de que habría alegrías para Cádiz. Desde que reabrió el Mesón Sabor Andaluz tras la profunda reforma realizada al local, voces incesantes decían que pasaría de ser bib gourmand, esa categoría que distingue a esos establecimientos donde se come bien a un precio razonable, a tener una estrella.

El martes 26 de noviembre, el día fijado para la gala pero horas antes de que esta empezara y ya sobre el terreno, ese rumor se afianzaba y los veteranos del evento añadían a la quiniela dos restaurantes de la provincia que ya lucían una estrella. Tanto el Alevante del Novo Sancti Petri como Lú Cocina y Alma de Jerez, decían, aspiraban a conseguir las dos estrellas, una categoría que nadie tenía en la provincia desde que Aponiente la dejó al conseguir la tercera. Solo quedaba esperar.

La organización de la gala es algo espectacular: aviones, traslado al hotel, traslado al auditorio… Simplemente hay que dejarse llevar hasta la sede de la gala. Así, da gusto. Poca gente en Murcia podía ignorar que se celebraba el evento en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas, con la fachada totalmente iluminada con el color rojo que distingue a la famosa Guía y con el logotipo presidiéndolo todo. Un código QR y una pulserita después nos dirigimos a la entrada del edificio… Y con el primero que nos topamos es con Pedro Aguilera, el cocinero de Mesón Sabor Andaluz, en un más que evidente estado de nervios. Normal. Si todos los rumores te señalan y encima te invitan a la gala, raro será que no salgas de allí con una chaquetilla nueva.

Dentro, enormes pantallas ubicadas en el escenario emitían en directo las entrevistas que se estaban haciendo a los recién llegados más famosos… y cocineros famosos había muchos… por no decir todos.

Así, la sala se fue llenando de una multitud de gente muy arreglada, porque había que ir de coctel y eso significa mucho glamour, brillo y lentejuelas. Ha debido ser un buen día para las peluquerías de Murcia.

Una imagen de la gala, en la que por primera vez estuvo presente Cosasdecomé.

Llega la hora fijada para el principio de la gala: las siete de la tarde. Este acto siempre tiene unos pocos de preámbulos antes de llegar a lo que todo el mundo quiere oír: quién se lleva las nuevas estrellas. Pero, en esta ocasión, la apertura es especial. La presentadora Ainhoa Arbizu empezó con unas palabras para los damnificados por la DANA de Valencia y para las iniciativas solidarias de los cocineros en la tragedia, como el The World Kitchen de José Andrés o el proyecto Desde Valencia para Valencia, que sus impulsores, Ricard Camarena, Quique Dacosta y Begoña Rodrigo presentaron en la gala, con un video incluido.

A continuación, los discursos institucionales de los representantes tanto de la Guía como de Murcia, y también un recordatorio de que existen dos categorías más en la Michelin aunque no se den reconocimientos en el acto, porque son centenares: los bib gourmand y los Recomendados. Llegan los primeros reconocimientos, pero aún no estamos en la estrellas. Estamos en los Awards, y concretamente, en los que premian Sala y Somelier. Tras la entrega de estos premios, una actuación musical, la del grupo Arde Bogotá.

Ha pasado casi una hora desde el principio de la gala y ahora sí, por fin, empiezan a relucir las estrellas. La cosa comienza diciendo quiénes son los que reciben su primera estrella Michelin. Primero, las del Norte. En segundo lugar, Cataluña y Aragón. En tercero, la Zona Centro… a los del Sur nos toca esperar, pero el momento llega, y con él la celebración: habemus estrella para el Mesón Sabor Andaluz. Pedro Aguilera subió al escenario a por su chaquetilla sin poder contener la alegría: hasta saltitos dio al retirarse a un lado del escenario.

Una estrella, pero la definición de tres

Pedro Aguilera recoge su chaquetilla.

El origen automovilístico de la Guía impregna la definición de las estrellas. Una estrella distingue al restaurante por el que compensa una parada. Dos, el que merece un desvío, y tres, el que justifica un viaje para comer allí. En el caso del Mesón Sabor Andaluz, por mucho que tenga una estrella, la que le encaja es la definición de las tres por el lugar donde se encuentra ubicado. Se trata del pueblo serrano del Alcalá del Valle, un pequeño municipio muy mal comunicado. La verdad es que nos pega más que alguien visite el pueblo específicamente para comer en el restaurante, a que vaya por otra cosa y ya que está allí, pare a probar el menú degustación. Sí hay un pueblo muy visitable a unos kilómetros, Setenil de las Bodegas. Quizás esta estrella venga a reforzar el atractivo de esta zona, ya que ubica un Estrella Michelin junto a uno de los pueblos más bonitos y pintorescos de la provincia. Solo faltaría un empujón al transporte público en la zona desde los núcleos más poblados de la provincia para hacerlo perfecto.

En todo caso, el mérito de este restaurante familiar cobra aún más valor al estar prácticamente escondido en Alcalá del Valle. Y a eso se le suma, además, el compromiso por lo vegetal y el producto de cercanía… y también la cercanía, siempre acogedora, de Pedro y de sus padres, José Aguilera y Antonia Jiménez. Un aplauso, muy largo, para ellos.

¿Quieres saber cómo se come en Mesón Sabor Andaluz? La respuesta, aquí:

Así se come en el Michelin Mesón Sabor Andaluz: La excelencia de las verduras al punto y los fondos memorables

Y aquí, un video del establecimiento:

Las dos estrellas

El reparto de las primeras estrellas nos deja abrazos, besos, nervios, chaquetillas abrochadas regular y cocineros que, con la emoción, no saben ni dónde colocarse. La gala sigue con los premios al joven chef y al mentor. Este último recae en Pedro Subijana, quien se lleva una enorme aclamación del respetable. Después llegan las Estrellas Verdes para la sostenibilidad. Hay que esperar al filo de las nueve de la noche para que continúen las buenas noticias para Cádiz, y llegan por partida doble. Tanto Alevante de Chiclana como Lú Cocina y Alma reciben las dos estrellas. Las recogen Cristian Álvarez y Alán Iglesias, por el restaurante del Novo, y Juanlu Fernández por el jerezano.

«Hay que reconocer que este año he triunfado —Pienso mientras sostengo el movil para grabar el histórico momento desde el patio de butacas—». Y es que estuve en el Mesón Sabor Andaluz, tras su reapertura, en un almuerzo organizado por la asociación Cádiz Sabe con motivo de la entregad de un premio el restaurante. Y en Alevante este mismo verano, para probar el menú degustación de esta temporada (tienes el reportaje y el video del Mesón arriba, y el de Alevante a continuación). Dos de tres. No está nada mal.

Así se come en Alevante, el primer dos estrellas Michelín de Chiclana

En Lú Cocina y Alma almorcé el año anterior, pero mi jefe, Pepe Monforte, sí que estuvo esta temporada y dejó esta crónica.

Así se come en el 2 estrellas Michelín Lú Cocina y Alma: La historia de la cocina humilde gaditana contada con pan, vino y un tomate pelao de regalo

El tres estrellas

Ángel León tuvo motivos para estar orgulloso por partida doble: no solo por las dos estrellas de Alevante, un restaurante que lleva su sello, sino porque consigue renovar para Aponiente de El Puerto de Santa María, un año más, las tres estrellas Michelin, que nadie da nunca por aseguradas. De hecho, dicen que otro cocinero triestrellado llevaba varios días a base de tilas. En esta ansiada categoría hay solo 16 restantes en España tras la llegada, este año, de Casa Marcial.

Aquí se puede leer una crónica del menú 2023 de Aponiente.

En este video puedes ver cómo recogieron su premio los galardonados gaditanos:

La cena de gala

La gala finaliza a la hora prevista, las nueve y media de la noche, y todos los cocineros suben al escenario para hacerse una foto de familia, atender a los medios, saludarse y hacerse fotos. Poco a poco, aquello se despeja: la gente empieza a acudir al edificio contiguo, donde se celebra la Cena de Gala.

Preparación, en uno de los expositores, de un plato de gambas con flores nitrogenadas.

La idea de Cena de Gala hace que imaginemos una mesa con mantel blanco y gente sentada, pero esto es más bien una especie de buffet de gala formado por expositores de restaurantes y de marcas, al que se entraba tras dejar a mano izquierda un fotocol  con muchas luces. Está coordinado por el chef Pablo González-Conejero, del restaurante biestrellado Cabaña Buenavista. Participaban con elaboraciones los estrella Michelin María Gómez Garcái (Magoga), Juan Guillamón (Almo de Juan Guillamón), los bib gourmand Juan Serrano (Juan Mari), Miguel Ángel Albaladejo y María Crespo (Perro Limón) y los recomendados Rodi Fernández (Taúlla), Alejandro Ibáñez Andrés (Barahonda), Cundi Sánchez Baños y Tomás Écija (El Albero), David López Carreño (Local de Ensayo), David Muñoz Sánchez (Alborada) y Sergio Martínez Gómez (Keki). También estaba el restaurante Frases de Marco Antonio Iniesta Nicolás, que había conseguido poco antes su primera estrella entre una enorme ovación del público.

Cada restaurante, y también algunas marcas, tenían sus mostradores, bien identificados, donde se iban despachando platitos. Entre los restaurantes, elaboraciones muy cuidadas de alta cocina, presentadas en platitos de esos finitos, desechables. Pudimos probar una Ensalada templada de bacalao con base de mahonesa de espárrago blanco, encurtidos e infusión de vinagre. También una natilla de foie, calabaza en salazón y pistacho, que iba de pareja con Almendra y cacao en sopa de limonero y hierbaluisa… Hasta una Nube aérea de ensalada murciana con ijada de atún rojo y caviar de aove. Y croquetas, porque ¿dónde se ha visto un bufé sin croquetas? Estas tenían nombre propio: Croqueta Raimundo, de berenjenas a la crema. Eran del restaurante Keki y tuvieron muy buena acogida, por cierto.

Las natillas de foie.

Cuando se acercaban ya las doce empezó a sonar música en la planta de arriba… Pero la idea de descansar tras tantas emociones era más tentadora así que decidí coger el autobús de las doce (la organización había puesto transporte cada hora hacia los hoteles donde estaban alojados los invitados). Al recoger la chaqueta del guardarropa, una última sorpresa: un paquete grande como recuerdo de la gala, una efigie de Bibendum, el mismísimo muñeco Michelin, que atesoraremos con mucho cariño como recuerdo de la tarde en la que Cádiz iluminó el cielo de las estrellas Michelin.

Y además…

Y en Sevilla…

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