La Venta Julián del Bosque se ha convertido en la meca del desayuno de la sierra de Cádiz gracias a su amplia variedad de chacinas, mantecas y panes artesanos. Entre ellos el famoso mollete de la panadería del Molino de Abajo, el más demandando con diferencia.

 

Siempre ha sido uno de sus puntos fuertes. Desde su nacimiento, allá por los años 70, la Venta Julián del Bosque se ha distinguido por ofrecer contundentes desayunos con pan de calidad a sus clientes. Aunque en los últimos años la demanda ha ido in crescendo hasta el punto de convertir al establecimiento bosqueño en la meca desayunística de la sierra de Cádiz. Un constante ir y venir de personas aguardando a diario en su puerta, llegando incluso a hacer cola los fines de semana,  lo atestiguan. Las cifras hablan por sí solas. «Servimos unos doscientos desayunos diarios. El número se duplica cualquier día del fin de semana» revelan sus propietarios, Víctor Atienza y Juan Francisco Angulo. La amplia oferta de chacinas, mantecas y panes artesanos de la venta actúa como un más que tentador reclamo. Aunque entre todos ellos el producto estrella es, sin lugar a dudas, el mollete. Especialmente el de la panadería local El Molino de Abajo, de cuerpo delgado, miga muy ligera y corteza crujiente. «Vendemos más de 1000 molletes a la semana y la inmensa mayoría son de allí. Viene gente de todos lados a probarlo».

Venta Julián sirve los molletes artesanos del Molino de Abajo desde el inicio de su producción. Foto: CosasDeComé

Venta Julián sirve los molletes artesanos del Molino de Abajo desde el inicio de su producción. Foto: CosasDeComé

Un pan artesanal, obra del emprendedor bosqueño Francisco González quien hace una década recuperó unas viejas recetas panaderas de la localidad y comenzó a elaborarlas en un antiguo molino de harina con maquinaria del siglo XIX y XX. «Nos diferencia nuestra harina y que el tipo de elaboración es como la de antaño, artesanal cien por cien», explica González. Unas circunstancias que convierte a estos molletes en «piezas únicas» donde cobra especial relevancia la maña de aquel que los fabrica, además de las circunstancias externas como la hora de fabricación, el viento o la temperatura.

Los desayunos son uno de los principales reclamos del establecimiento. Foto cedida

Los desayunos son uno de los principales reclamos del establecimiento. En la imagen puede verse como un grupo de personas guarda cola para ser atentido. Foto cedida

 

La actividad desayunística comienza en Venta Julián sobre las siete de la mañana. Casi instantáneamente, panes recién tostados y bandejas de mantecas caseras se adueñan de las mesas del interior y la terraza del local. El desayuno básico del establecimiento siempre va acompañado de un variado de mantecas de hígado colorada y blanca de lomo, que también incluye paté a la pimienta y cremas de salami, york y queso. «Es marca de la casa. Para que haya donde escoger», afirman Atienza y Angulo. Existen otras opciones para la primera ingesta de comida matutina como el desayuno bosqueño, compuesto por chacinas artesanas del Bosque, o el serrano, donde se da a elegir entre jamón y carne mechada, y, en último lugar, una variedad saludable en la que la tostada se acompaña con huevo revuelto, aguacate o pavo. En todas ellas, se puede escoger entre varios panes. «Nos gusta que sean artesanos y de la zona». Así, junto al famoso mollete del Molino de Abajo, venta Julián también sirve rebanadas de pan de pueblo de la Venta Morilla de Arcos de la Frontera, bollos grandes y pequeños de la panadería Narváez de Grazalema y molletes blancos e integrales de panadería Paco de Puerto Serrano. Como curiosidad, todos los molletes en venta Julián se tuestan como marca la tradición en El Bosque «enteros, sin dividir en dos partes. Porque así quedan tostados por fuera y calentitos por dentro»

La venta cuenta con una amplia oferta de panes, mantecas y chacinas locales para elegir. Foto: CosasDeComé

La venta cuenta con una amplia oferta de panes, mantecas y chacinas locales para elegir. Foto: CosasDeComé

Una apuesta por lo autóctono que la Venta Julián mantiene desde sus inicios y que forma parte de su esencia. «Y hemos seguido esa misma senda de desayunos y almuerzos de cocina tradicional que en 1971 inauguraron Antonio Vega y Antonia Castellano, los primeros dueños de la venta», explica Víctor Atienza quien relata que, tras sus fundadores, el negocio familiar pasó a manos de las hijas de la pareja y su yerno Eloy Pazos «Juan Francisco y yo tomamos el testigo en 2017. Los dos somos bosqueños y veníamos de gestionar el Cortijo Huerta Dorotea de Prado del Rey. Nos apetecía mucho este proyecto más cerca de casa», comenta.  Formados en las Escuelas de Hostelería de San Roque y Fernando Quiñones de Cádiz, respectivamente, ambos convivieron durante algún tiempo en la venta con María y Eloy, los anteriores dueños, para conocer su forma de trabajar y mantener así esta línea continuista. «En la carta de comidas preservamos recetas de siempre como las costillas en salsa, venado, carrillada o las populares truchas con jamón del Bosque, que ya se perdieron. Eso sí, también hemos incluido algún que otro plato más actual como el risotto o la ensalada templada de gambones». También cuentan con fueras de carta según mercado. Para su ejecución, el chef Juan Manuel Saborido Mariscal galardonado en las tres últimas ediciones del concurso Chef Sierra. 

Francisco González elabora sus molletes en un antiguo molino de harina con maquinaria del siglo XIX y XX. Foto: CosasDeComé

Francisco González elabora sus molletes en un antiguo molino de harina con maquinaria del siglo XIX y XX. Foto: CosasDeComé

Además de paraíso de la desayunística y la cocina tradicional de la zona, la venta Julián luce con orgullo el título de punto de venta oficial en El Bosque de los molletes del Molino de Abajo. El establecimiento cuenta con una abacería de productos artesanos de la sierra de Cádiz donde, además de quesos, patés, mieles, legumbres, conservas, salazones y un largo etcétera de delicatesen de la zona, puede adquirirse estos panes. «Aposté por Fran y su pan en sus comienzos, hace diez años, y no me equivoqué», comenta Eloy Pazos, anterior propietario de la venta, que regenta este espacio. La bolsa de ocho unidades de estos demandados molletes se cotizan a 5,50 euros.

La abacería de la venta Julián es el punto de venta oficial de estos molletes en El Bosque. Foto: CosasDeComé

La abacería de la venta Julián es el punto de venta oficial de estos molletes en El Bosque. Foto: CosasDeComé

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La Gran Guía de los desayunos de la provincia de Cádiz

Y aquí un video sobre otro mollete con mucha personalidad en la Sierra de Cádiz, los de Eustaquio en Prado del Rey:

 

 

 

 

 

 

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