El establecimiento se centra en una cocina más auténtica. Está previsto que Jindama reabra en un par de meses en una nueva ubicación, en la calle Angostillo.
Tiempos de cambios para Manuel Loreto, que abre un nuevo establecimiento, Jaleo, mientras prepara la mudanza de Jindama, que ahora mismo permanece cerrado.
Jaleo está situado en el número 1 de la plaza del Clavo. Tiene una barra, una hilera de mesas altas dentro y un par de ellas en el exterior. En breve, espera Loreto, contará con una terraza más amplia. Es el «hijo pequeño» de Jindama, con una carta completamente diferente y un concepto también distinto. Hay tapas y platos que persiguen la autenticidad de la comida tradicional, ir «a lo puro, al origen». Las croquetas de puchero son «un bocado de puchero», hay «albóndigas de toda la vida» y carne en tomate de la de siempre.
Un detalle muy curioso que quiere reflejar esta vuelta a los orígenes es que los montaditos están bautizados con los nombres de las tías abuelas de Manuel Loreto, a las que ha querido homenajear. Tía Catalina lleva alioli y baicon; Tía Soleá, carne de cerdo, mayonesa de mostaza, queso y york; Tía Juana, solomillo al whisky con patatas; Tía Bastiana, chocos con alioli, y Tía Lela, pringá.
La carta se reforzará con algún guiso del día, siempre del repertorio tradicional, como unos garbanzos con langostinos, por ejemplo.
Con respecto a Jindama, actualmente está cerrado por problemas con el alquiler, y a la espera de un traslado que se espera para dentro de un par de meses. Será entonces cuando el popular establecimiento vuelva a funcionar cerca de donde estaba antes, en el número 1 de la cale Angostillo, una antigua bodega que está ya en obras para acoger al establecimiento.
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