El establecimiento de Sancti Petri, regentado por la heladera Inga Sancho y el cocinero Iñigo Oller, tiene un catálogo desayunista de lo más llamativo. Solo se pueden tomar a partir de las doce de la mañana e incluyen originales tostadas, bocadillos o helados aromatizados con vinos de Jerez

 

El Escondite de Inga es uno de los sitios más originales para desayunar de la provincia de Cádiz. Su primera característica es que, aunque ofrece desayunos, no abre hasta las doce de la mañana. Iñigo Oller, cocinero y que ya ha demostrado que lo suyo es la originalidad en El Escondite de Conil, señala que «abrimos a esta hora porque lo nuestro es un desayuno diferente, para tomar tranquilos y disfrutar. Estamos cerca de la playa y las personas que vienen a desayunar aquí suelen estar de vacaciones por lo que no se levantan temprano».

Pero el horario no es la única característica que llama la atención en este sitio situado cerca de la playa de Sancti Petri en Chiclana. La oferta gastronómica no se queda atrás y si el cliente quiere puede desayunar helados, que, por si fuera poco, ofrecen sabores poco vistos, algunos de ellos inspirados en vinos de Jerez. La autora es la otra propietaria del establecimiento, la maestra heladera Inga Sancho, hija del conocido hostelero Carlos Sancho, el de la legendaria heladería Piccola, que la introdujo en este mundo fascinante de los mantecaos.

La maestra heladera Inga Sancho. Foto: Cedida por el establecimiento.

El sitio basa su oferta, además de en los helados, en tostadas y bocadillos elaboradas con pan que viene desde el «El Pan de Salva» un obrador artesanal abierto en La Muela, en Vejer y del que traen molletes, panes de molde, de semillas o sin gluten. Ya puestos a ponerse diferentes, hasta la mantequilla que proponen para untar se aleja de la que viene en higiénicas porciones de plástico. La base que utilizan es la de una las mantequillas con más fama en España, la que elaboran en la quesería de Calaveruela (Córdoba). Oller, por si fuera poco, la aromatiza añadiéndole  ajo y perejil, trufa, algas y manzanilla o pequeños trozos de tomate y aceitunas.

«Nuestra idea es que los productos que servimos sean de calidad y de la zona. Utilizamos queso de la provincia y siempre que sea posible lo que servimos es de proximidad. La misma filosofía que ya hemos puesto en marcha en nuestro restaurante de Conil».

El restaurante que tiene un ficus como techo

La oferta es amplia, además de los helados en los que se utilizan también productos de temporada para elaborarlos, tienen tazones con frutas o cereales y se pueden pedir también zumo de naranja, café o batidos elaborados con los helados de la casa.

Batidos en El Escondite de Inga: Foto: Cosasdecome.

Ofrecen también para ponerle al pan aceites de oliva virgen extra aromatizados o mermeladas elaboradas por ellos mismos y en las que combinan frutas con vinos de Jerez. Así tienen una de naranja y manzanilla, otra de apio, oloroso y tabasco u otra de albaricoque con Palo Cortao. Oller señala que trabajan mayoritariamente con vinos de la bodega Sánchez Romate para elaborar los helados y las mermeladas.

El cocinero Iñigo Oller. Foto: Cedida por el establecimiento.

Centrémonos en las tostadas. Se puede optar por la de jamón y tomate o la de salmón y aguacate, pero para los osados hay propuestas como foie con frutas, anchoas con mantequilla ahumada, atún rojo de almadraba en manteca o una con queso de la Sierra de Cádiz aromatizado con pimentón y acompañado con nueces y pepinillos.

Los partidarios de los bocadillos tienen opciones también para disfrutar. Para elaborarlos utilizan pan tipo «focaccia» italiano que elabora también especialmente para ellos «El Pan de Salva». La focaccia es un pan con una masa parecida a la pizza. De hecho es utiliza aceite de oliva en su composición. Para rellenar la cosa atención a la tortilla de patatas con langostinos, berros y queso de algas. Iñigo Oller señala que «la tortilla la hacemos al momento y tiene forma de tortilla francesa. Es una técnica que aprendí en Málaga y que da muy buenos resultados. Sale una tortilla jugosa y ligera. No hay que perderse tampoco el «pepito», un pan de focaccia relleno con un filete de vaca vieja de La Janda y que se acompaña con pimientos pasados por la plancha que llegan de la famosa frutería de Paco Vázquez de Conil. El emparedado se puede acompañar de un poco de queso de la Sierra de Cádiz, que viene de la quesería Puerto Carrillo de Benaocaz.

Hay también ofertas para vegetarianos como un bocadillo de rúcula con piñones del parque de La Breña de Barbate y tomate y no falta tampoco una propuesta para clásicos con un ejemplar de lomo en manteca al estilo de Vejer u otro con chicharrones especiales, de los que se cortan a lonchitas y que se aromatizan con lima y chile habanero cultivado en Conil.

En el restaurante cuidan también el tema de las intolerancias alimentarias y la mayoría de los platos tienen opciones sin gluten.

El pepito de vaca vieja. Foto: Cosasdecome

El amplio abanico desayunista se complementa con crepes salados y dulces, gofres, un brioche relleno de helado o porciones de tartas que también se aromatizan con Jereces.

Para el final dejo el apartado de sandwiches, muy trabajados y elaborados con un pan de molde artesano que también elabora «El Pan de Salva». Normalmente lo ofrecemos con un pan aromatizado con curry pero ofrecemos al cliente hacer el sandwich con el pan que desee.

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No falta la versión del sandwich mixto, o el vegetal, otro con queso de la Sierra de Cádiz acompañado de cebolla caramelizada con vino de Jerez o el que probamos y que es una versión muy aplaudible del sandwich de pollo, la «personalización gaditana» del sandwich club.

El sandwich de pollo de El Escondite de Inga. Foto: Cosasdecome.

El pan lo untan con mantequilla de la quesería de Córdoba. Iñigo Oller señala que «hay que ser prudente y no ponerle mucho, porque el sandwich se hace muy pesado si nos pasamos». La primera capa lleva un poco de paletilla ibérica, en vez de jamón York y un poco de queso de la Sierra de Cádiz. La segunda capa lleva el huevo a la plancha, el tomate, lechuga del famoso huerto de Malasjierbas de Conil, una lactonesa que elaboran ellos mismos y la clave, un pollo asado que elaboran en el establecimiento. La clave final está en juntar los trozos de pollo partidos en pequeñito con la salsa en la que se ha guisado y otra realizada con mostaza e hinojo. El resultado es jugoso y lo coloca en la lista de sandwiches de pollo que hay que probar en la provincia. Para acompañar unas patatas de las pequeñitas salteadas con ajo y perejil.

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La misma oferta la tienen también para merendar o para cenar, ya que el local cierra a las doce de la noche, y para el mediodía o la cena complementan la carta con unas ensaladas y ensaladillas para tomar junto a los sandwiches y bocadillos. Aquí también juegan con los helados  y así proponen, por ejemplo, unos tomates de Conil, acompañado con aceitunas, ajo negro y un helado de vinagre de Jerez.

Como me imagino que estarás un poco sorprendido aquí tienes la carta completa del establecimiento.

La terraza de El Escondite de Inga. Foto: Cosasdecome

Horarios, localización, teléfono y más datos de El Escondite de Inga, aquí.

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Y aquí la versión en video:

 

 

 

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Quiero probar los distintos sabores de un jamón