Recorremos en video la ruta de este postre gigante que se hizo famoso en las ventas de la provincia durante la segunda mitad del siglo XX. Aquí cinco sitios que lo siguen poniendo en Cádiz y Sevilla.

 

El pijama era el rey de los postres en las ventas y también en muchos restaurantes de postín de las ciudades en la segunda mitad del siglo XX. Era una cosa contundente. Solía llevar un flan o un tocino de cielo, o ambas cosas, melocotón y piña en almibar. En algunas ocasiones un trozo de tarta Contessa…otra leyenda, y como adorno, unas guindas, también almibaradas, además de pegotones de nata a discreción.

Por lo visto este postre tiene autor, Paco Perellada, el hostelero que regentaba allá por los años 50 del siglo XX el restaurante 7 Portes. Según cuentan varios artículos periodísticos hechos sobre el tema, aunque el que nos parece más completo es este de Ana Vega en El País, corría la década de los 50 en Barcelona y por allí paraban los marineros de la VI Flota americana. Cuando pedían el postre solicitaban una cosa fina que entonces estaba de moda, proveniente de la cocina francesa y que combinaba melocotón con helado. El nombre original del plato era Peach Melba y se lo inventó el célebre cocinero Augusto Escofier para ver si le hacía tilín a una famosa cantante de ópera de  la época que se llamaba Nellie Melba. En el restaurante se inventaron una variante del postre fino a base de melocotón en almibar que combinaban con guindas, flan y nata. Lo de pijama vendría de ir degenerando las palabras Peach Melba hasta pijama, lo mismo que ocurrió por aquí con de «whats his name» que terminó siendo «gachisnay»¨para designar a alguien extranjero.

Pero yo no me creo esta historia…bueno es broma, y en verdad a este postre se le llamó pijama porque después de comertelo hay que acostarse a dormir una siesta.

Casi 75 años después, Cádiz se ha quitado el pijama y ya es muy difícil encontrarlo, pero queremos saber cuales son los últimos valientes, los últimos bares, restaurantes y ventas donde los siguen poniendo. Aquí os proporcionamos algunas direcciones, pero pedimos con las manitas arrejuntás, como si estuvieramos rezando un Padre Nuestro, vuestra ayuda, que nos digais sitios donde todavía se puede comer el pijama.

Una de las versiones más conocidas de este postre, y que sigue en la carta del establecimiento, según confirma Joaquín Campos, gerente de la heladería, es la de Los Italianos de Cádiz.  Es uno de los clásicos de este establecimiento, ahora cerrado por vacaciones hasta la próxima Primavera, y lleva cuatro bolas de helado, melocotón en almibar y nata por lo alto. El cliente puede elegir acompañarlo con flan o con tocino de cielo y por encima lleva o fresas, si es temporada o guindas en almibar…otra reliquia.

El tapatólogo Carlos Landín, señala que lo ha encontrado en el restaurante La Blanca Paloma de Jerez y aporta incluso documento gráfico de los hechos:

Hace unos días pedíamos la ayuda de los lectores para encontrar los últimos pijamas de provincia de Cádiz, esos mastodónticos postres que se pusieron de moda hace unas décadas y que combinan fruta en almíbar y dulces variados con una generosa cantidad de nata.

El llamamiento  ha tenido respuesta, y estos son los pijamas que han salido a la luz gracias a la colaboración tapatóloga:

Bar Galera de Guadalcacín

El principal atractivo de este establecimiento son sus galerones, unas enormes bandejas de pescado frito. Pero uno de sus postres más clásicos no desentona en cuanto a cantidad: el pijama, un popular postre pensado para compartir. Paco Ortega explica que él lleva trabajando cuarenta años en este bar abierto en el 77 por su suegro, y el pijama siempre ha estado en la carta.

En Galera sirven el postre con melocotón, piña, flan, tocino de cielo y helado de tres sabores… además de nata y caramelo. El precio, a noviembre de 2023, es de 8 euros.

Tienes más información sobre este establecimiento aquí. 

Bar Rufino de Paterna

Este postre, que lleva también toda la vida sirviéndose en el establecimiento, va de generación en generación. La primera en hacerlo fue la abuela, después la madre y ahora es la nieta, María Jesús Pérez García, la que se encarga de elaborarlo. No escatima ingredientes. Lleva tocino de cielo, tocinillo de cielo, fruta, flan de vainilla, flan de huevo, helado de tres sabores, tarta de queso, nata, y una decoración de almendras, turrón, así como una decoración de galletas u otros dulces.

En el Bar Rufino lo sirven en varios formatos para que todo el mundo pueda probarlos, y el precio se ajusta a la cantidad. Los precios del postre para compartir van desde los 8 a los 17 euros, lo que cuesta la gran bandeja pensada para veinte personas. También existe la opción de pedir un pijama individual.

El pijama, explica María Jesús, está teniendo últimamente mucho éxito.

Más datos sobre el Bar Rufino, aquí. 

El Jardín de Canalejas de Puerto Real

El pijama del Jardín de Canalejas lleva este atractivo flan casero. Foto: Cedida por el establecimiento.

Cerca de 40 años puede llevar el pijama en la carta de El Jardín de Canalejas de Puerto Real, según recuerda Pilar Rosendo, que en unión de su hermano José, regenta este clásico de la capital de las almejas a la marinera de la provincia de Cádiz. Pilar señala que lo sirven con un flan casero y luego suele llevar o un trozo de tarta helada Contessa, otro clásico, o un pedazo de Tarta Imperial de Pepe Mesa de El Puerto. La escena se completa con melocotón y piña en almíbar, nata y su chorreón de caramelo como punto final. Pilar confirma así la pista facilitada por el tapatólogo Marcelo que había apuntado en un comentario a la operación Pijama que ponían este plato en el establecimiento. El precio al que se cotiza actualmente el Pijama de El Jardín de Canalejas es 7,50 euros.

Más información sobre este establecimiento aquí.

Mayte de Chiclana

Este establecimiento, muy conocido por sus pollos asados, conserva el pijama en su carta en dos versiones: con nata (8 euros) o sin ella (7,5 euros). Su pijama está hecho con flan casero, tocino también casero, un corte de barra de helado, piña y melocotón. Lo tienen desde siempre, y si bien la gente lo pide menos que antes (el tocino o el flan solos se venden más) sí es una opción más habitual para compartir.

Dirección, teléfono y más datos aquí. 

Venta El Pollo de El Portal

Conocido por sus desayunos gigantes, El Pollo sirve pijamas en sus dos establecimientos jerezanos (El Pollo I y El Pollo II) los fines de semana,  y «desde siempre». El postre lleva flan, tocino, contessa, helado, piña, melocotón, tarta, tarta de San Marcos, mucha nata y caramelo. Pensado para compartir, hay dos versiones: la normal, que sale 8 euros, y un maxipijama que cuesta 12 euros y está pensado para cinco personas. Explican desde el establecimiento que es un postre que sale bastante.

Más información aquí.

Venta El Sacrificio de Medina

El pijama de El Sacrificio. Foto cedida.

El de El Sacrificio es un pijama cambiante, ya que depende de los postres caseros que tengan en ese momento. Así, puede haber flan, tocino y tarta de quesos, de alfajores, turrón… en función de la época del año. Se combinan seis postres diferentes en este postre, que hacen de toda la vida. Suele se muy popular, y aunque lo habitual es pedirlo para compartir, hay quien prefiere comérselo solo enterito

El «pijama casero», que es como aparece en carta, cuesta 15 euros.

Más información sobre esta venta aquí.

Restaurante El Castillo en Medina

Otro de los referentes ‘pijamiles’ de Medina Sidonia. El restaurante El Castillo bautiza su pijama con el sobrenombre de ‘degustación de postres caseros’ e incluye peras al vino tinto, boniato confitado, manzana al Pedro Ximénez, carne de membrillo, tocino de cielo, flan de huevo, tarta 3 chocolates y tarta de queso. Puede pedirse para dos, tres personas o más.

Más sobre este restaurante, aquí. 

Bar el Camionero de Arcos

Desde su apertura en los años ochenta mantiene en carta el bar el Camionero su popular pijama. Lo elaboran con flan, tocino de cielo, piña y melocotón en almíbar, helado, tarta casera del día, nata y numerosos adornos que, según explican desde el establecimiento, han ido en aumento con los años echándole «hasta galletas, huesitos y lacasitos». El precio del postre es de 8 euros y recomiendan tomarlo «para compartir entre varios, aunque siempre hay algún valiente que lo pide para él solo»

Más sobre este establecimiento, aquí

 

¿Conoces algún bar, restaurante o venta donde sigan poniendo el pijama? dilo abajo en la sección de comentarios o en este formulario.

…Y además

Pinche aquí para saber más.
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