Arturo Campo e Iole Mosena fundaron el Salón Italiano, su nombre original, en 1940 cuando llegaron a Cádiz desde Madrid donde tenían otra heladería. Las ciudad les gustó y se quedaron aquí. Luego el negocio lo ha seguido su hijo Gianni, que ya nació en España y sus nietos Arturo y Joaquín. (ver aquí la historia del establecimiento)
El local es de esos con encanto. Sigue manteniendo una estética a caballo entre la segunda mitad del siglo XX con algunos toques nuevos. Nada más entrar los expositores con los helados que se pueden comprar en tarrinas para llevar, en “cucuruchos” de barquillo o tomar en el establecimiento en distintas copas y combinaciones. Los helados se hacen a diario y de forma artesanal en el propio establecimiento. Gianni viaja cada año a Italia y suele estrenar cuando abre algún sabor nuevo. El gran clásico de la casa sigue siendo el topolino y helado de nata sustentado en un barquillo y recubierto de chocolate crujiente.
Han puesto en marcha el servicio a domilio. Se les llama al teléfono 956221897. La carta, aquí.
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El topolino, los helados, el pijama (surtido de helados con fruta en almibar), el sorbete de higos chumbos
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