El establecimiento hace visible a través de una claraboya la estructura que le da nombre.
El Aljibe de Arcos recibe su nombre precisamente porque en el edificio hay una de estas estructuras que servían para almacenar el agua de la lluvia. Situado en la Cuesta de Belén, en el centro de la localidad, es un inmueble con encanto, con siglos de historia, que antaño fue un hospital.
Ahora, los propietarios han decidido sacar a relucir esta estructura subterránea. Han descubierto el antiguo aljibe de la casa y han colocado un cristal para que sea visible desde el restaurante.
De esta manera, el aljibe ahora está visible en el suelo de uno de los reservados, una sala circular que está rodeada de un banco adosado a la pared al estilo marroquí. En esta estancia hay una claraboya cuadrada de cristal que deja ver el aljibe, que han iluminado y donde han colocado varias jarras decorativas de gran tamaño.
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