El establecimiento quiere dejar atrás las aglomeraciones y ofrecer a sus clientes una experiencia más exclusiva.
Atuvera de Jerez ha reabierto tras permanecer cerrado desde el pasado mes de septiembre, y lo hace con un nuevo concepto que quiere alejar al establecimiento de barullo para permitir a los clientes disfrutar de una experiencia más calmada y exclusiva.
El local ha sido redistribuido para disminuir el número de mesas y, con él, el de comensales. Ofrece solo cenas, de martes a domingo, con una oferta gastronómica que también se ha pulido. Siguen ahí los clásicos imprescindibles, como los Mejillones Thai, el Pulled Pork Brioche o las croquetas de carabinero, aunque estas últimas han variado su tamaño y son ahora más grandes. Se incorporan algunos platos, como una Ensaladilla de pollo asado con aguacate y puntos de wasabi o un Carbón de bacalao, y también una salsa alioli de mojo picón que acompaña a algunos platos, como las croquetas, con las que el propietario, Ángel Villaescusa, rinde homenaje a la gastronomía de su tierra de origen, Canarias.
El carbón de bacalao, uno de los nuevos platos de Atuvera. Fotos cedidas.
Se trata de ofrecer, según explica, una experiencia más exclusiva, que también se deja notar en la carta de vinos. Han incorporado vinos «excepcionales». En jereces, han apostado por pequeñas bodegas como Álvaro Domecq, Cayetano del Pino o Cruz Vieja. También han reforzado otras denominaciones de origen, como Ribera del Duero, con «vinazos» el Tres Mano de Bodega Tresmano, y ha incorporado unos cuantos espumosos.
La terraza continua funcionando, aunque como es pequeña y tiene muchos pretendientes, se ha decidido adoptar como medida un plus de terraza que asciende a dos euros por mesa.
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