La Sal de Zahara presenta a la Ruta del Atún un plato acompañado por un Ocatún, una versión del juego de la oca que convierte a la almadraba en un tablero de juego. La tapa, convertida en plato, seguirá en carta una vez que concluya el evento gastronómico.

 

Es una de las propuestas más originales en una Ruta de la Tapa que se caracteriza, precisamente, por la originalidad de sus propuestas. El Restaurante La Sal llega a la Ruta del Atún con un tablero de juego bajo el brazo, creado por ellos mismos. Se trata del archiconocido Juego de la Oca… pero en versión almadraba.

El camino que hay que recorrer para ganar este juego es una almadraba. Los nombres de los lugares que hay que atravesar para llegar a la meta son reales, porque uno de los objetivos de esta iniciativa, según explica su creadora, Charo Álvarez, es que los clientes conozcan mejor este arte de pesca milenario. Así, el jugador (cuyo rol es el del atún avanzando dentro de la almadraba) que saque una buena puntuación podrá entrar del tirón por la Boca para acceder más rápido a la Cámara… Esperemos que después no caiga en el Buche, que supone un turno sin jugar. Peor es dar con el Bichero: hay que volver a empezar. La meta llega con barcos a la vista: es la levantá, tras El Copo, del que se sale con un seis.

La tapa, con sus cubiletes. Fotos cedidas.

Este juego se entrega, junto a dados y cubiletes, a los clientes que piden la tapa de la Ruta, para que entretengan la espera. Si el juego ya es original, la tapa no se queda atrás. El establecimiento ha tratado de recrear «Los Abalorios del Tesoro”. Se trata de «arroz de huevas de atún de leche con un toque de Oro; Huevas de atún macho, en tempura, con un toque de Plata; Atún frito (plato) con pan de gambas y alga nori, envejecido, y los tacos de atún crudo, la ventresca Toro y el descargamento», que representan el oro rojo. «Los abalorios están en un fondo de mar, con arena de ajo, alga nori, corteza de maíz, algas crudas que aportan humedad; algas fritas y huevas de atún de grano que aportan texturas crujientes», explica Álvarez.

Además, como «en todo tesoro, hay una botella con mensaje». El interior de esta lleva salsa de atún encebollado, con un color que «recuerda a los más preciados aceites, considerados joyas». Esta salsa se usa al final de una tapa que también lleva «monedas almadraberas».

Una vez que concluya la Ruta (se celebra del 17 al 22 de mayo), la tapa pasará a formar parte de la oferta gastronómica del establecimiento, aunque en forma de plato. Su precio aún está por fijar, aunque seguramente rondará los 10 ó 12 euros.

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