El producto se extrae de la salina La Esperanza en Puerto Real, un espacio de cría de aves donde es fundamental la explotación del terreno para la supervivencia de las especies del Parque Natural

 

 

La pandemia del Covid-19 llevó al matrimonio formado por Juan Carlos Sánchez de Lamadrid y Macu Gómez a descubrir la sal marina virgen. Ambos se dedican a la gestión de museos y actividades culturales, sector que, como otros, sufrió un parón por las medidas contra la enfermedad. Fue entonces cuando tuvieron la oportunidad de conocer de cerca una salinas, y las naves que la Universidad de Cádiz alquila en un entorno donde ellos se encargan de la protección de las aves del Parque Natural.

Así surgió el proyecto Salinas de Cádiz y la marca de sal Dama Blanca. Juan Carlos y Macu pusieron en práctica su pasión por la naturaleza haciéndose con una de esta naves, desde la que pueden producir sal marina virgen de la salina conocida como La Esperanza en Puerto Real. Comenzaron desde cero a aprender sobre este valioso espacio natural, y la importancia que tienen explotarlas, que funcionen, para favorecer la cría de aves de la zona.

Varear es uno de los procesos manuales que se llevan a cabo en la producción de Dama Blanca. Foto cedida.

Además de favorecer al medioambiente, la sal Dama Blanca es sostenible al favorecer una industria local, que aprovecha todos los recursos al máximo. Se produce de forma artesanal, a mano, con toda la sabiduría del a figura del salinero, transmitida de generación en generación.  Comercializan sal marina virgen, que es la que preserva todos los minerales y mejor ensalza el sabor de la comida, tanto en bruto como en su forma fina y como sal gorda. También flor de sal, su forma más delicada, que se cristaliza en la superficie con el viento de Poniente, y escamas de sal. Precisamente para la extracción de estas, han colaborado con Sergio Molina, catedrático de la Universidad de Cádiz , especializado en nuevos materiales, para la creación de herramientas realizadas con impresoras 3D que mejoran la productividad manteniendo las técnicas artesanales de extracción.

Su envase, diseñado por el estudio sevillano Habermas, es otro ejemplo de sostenibilidad, totalmente hecho en Cádiz, que ha recibido el premio Mejor Imagen de Producto en el certamen de la Asociación Profesional Española de la Producción Ecológica, Ecovalia y también quedó finalista en los Premios Anuaria 2023 en la categoría de mejor packaging. Apuestan por formatos grandes, para evitar el abuso de materiales en su producción. En su logotipo, la avoceta, uno de los pájaros que representan el entorno de las salinas.

La sal Dama Blanca se puede encontrar en tiendas llamadas de productos gourmet, por toda la costa gaditana. También ha llegado a otros puntos del país, como Sevilla, Madrid, Asturias, País Vasco… Y a Japón, donde trabajan con un distribuidor que venden a restaurantes de prestigio. Además de llegar a otros países del mundo, plantean ampliar la gama con sales mezcladas con especias y otros ingredientes.

Momento de la presentación en Sevilla de la marca Dama Blanca. Foto cedida.

La presentación de la marca tuvo lugar el  lunes 5 de febrero en Sevilla. Junto a Juan Carlos y Macu estuvieron Juan Martín, presidente de Salarte,  Fondo para la Custodia y Recuperación de la Marisma Salinera; Paco Ybarra, chef Ejecutivo de la Escuela de Hostelería de la Fundación Cruzcampo, y Carmen Romero, directora de la división ecológica de Bodegas
Barbadillo.

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