Ernesto Rodríguez comanda esta nueva etapa del establecimiento que ha estado varios años cerrado y siendo dirigido por diferentes personas. Tras una reforma, han reabierto apostando por las carnes de caza, la cocina tradicional y moderna, y un servicio de calidad
La Venta La Perdiz en Arcos, un clásico de las ventas de la provincia ha reabierto sus puertas. Vuelve con Ernesto Rodríguez en la gerencia, hijo del que ha sido su propietario desde 1984, y su esposa Yolanda Montané. La inauguración tuvo lugar el pasado 21 de diciembre con la intención de retomar las carnes de caza, la cocina tradicional e introducir algunas recetas más modernas.
Ernesto Rodríguez y Yolanda Montané, propietarios de Venta La Perdiz. Foto cedida por Manuel Téllez.
El origen de este establecimiento se estima en el año 1904, como venta de carretera para dar servicio a las personas que utilizaban las cañadas reales en la zona, entre Arcos de la Frontera y Algar. Tomó el nombre de la próxima Finca La Perdiz y con el tiempo se formó una pedanía. Alrededor de 1984, el padre de Ernesto, Francisco Rodríguez, adquiere la venta y la dirige hasta su fallecimiento sobre el año 2007. El local ha seguido siendo propiedad de la familia y funcionando como venta, pero en manos de otros. Han pasado más de cinco años desde la última vez que La Perdiz estuvo en funcionamiento.
Salón interior de Venta La Perdiz. Foto cedida por Manuel Téllez.
Ernesto ha seguido vinculado a la hostelería, trabajando durante 28 años como jefe de sala en Mallorca. Ahora, la pareja ha visto la oportunidad de gestionar su propio restaurante apostando por una reforma integral del establecimiento. Mantienen el toque rústico y cálido que caracteriza a las ventas sin perder de vista las tendencias actuales. La cocina se ha ampliado y equipado con una maquinaria más moderna y efectiva para ofrecer mejor servicio. La venta cuenta ahora con tres espacios, la barra con mesas altas, un salón interior y terraza, con una capacidad aproximada de 120 comensales.
Caza, cocina tradicional y platos más actuales, es la oferta de la renovada venta. Foto cedida.
La carta se especializa en carnes de caza, la cocina típica de la zona, donde no falta la perdiz con almendras, jabalí en tomate o el venado en salsa, y guisos de toda la vida como la carrillada en salsa. Han querido introducir algunos platos más modernos, para abarcar también al público con gustos más actuales, con platos como los chicharrones de atún, los champiñones rellenos o los langostinos torpedos con guacamole y mayonesa de sriracha. Prácticamente todo elaborado en su cocina y a un precio ajustado, según apunta Ernesto. Además, quieren que la calidad del servicio sea algo que les diferencie. Como jefes de sala que son, Ernesto y Yolanda quieren mantener ese trato cercano, hacer que los clientes se sientan a gusto y sea «un referente».
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