Se llama Entraña, se han producido un millar de botellas y es de los creadores de Fine Tempo.

 

Desde hace unos años, algunas iniciativas han recuperado el uso de una uva serrana, la Perruno. Entre ellos están la del viticultor Luis Lucero y el enólogo Alejandro Cobos, que ya dio sus primeros frutos con el blanco Pago del Taraje. Ahora, llega el segundo: Entraña.

Según explica Cobos, el nombre del vino alude «a lo más profundo del vino que se produce en la Sierra, la variedad que ha estado presente durante siglos en nuestros pueblos y de la que generaciones de habitantes serranos han consumido su zumo hecho mosto y vinos llamados “corrientes”. Esa entraña que penetra en nuestra tierra y que mana sus sabores y aromas ancestrales».

Se trata de un vino de la variedad Perruno, con fuerte arraigo en la zona de la sierra de Cádiz, concretamente en la zona de Olvera y alrededores. El fruto nace en un viñedo de unos 80 años de antigüedad, situado entre olivos. En el tratamiento de la viña «se realiza la mínima intervención humana, buscando la realidad de la tierra reflejada en el vino».

«Es un exponente más del objetivo que nos marcamos de poner en valor la zona de la Sierra de Cádiz y sus pagos de viñas, muchos de ellos prácticamente abandonados y olvidados». En la búsqueda por el autentico carácter “serrano” de los vinos «hallamos estas pequeñas joyas de la cual hemos embotellado exactamente 1000 botellas». Se trata de una fermentación natural con levaduras autóctonas y sin adición de sulfuroso en todo el proceso.

De color dorado profundo, en nariz es complejo con notas de frutas de hueso y flores blancas, en boca es amplio, goloso y con evocaciones a confitura, explica Alejandro Cobos.

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