Se trata de una manzanilla, un amontillado y un palo cortado que homenajean a La Paquera, El Torta y El Agujetas.

 

Se pueden probar en la Taberna Las Banderas del barrio de La Viña… o ya en Japón, aunque hay alguna opción intermedia fuera de la provincia gaditana como la Bodeguita Romero de Sevilla, el restaurante Picón de Badajoz y Bodegas Vinario de Madrid. Se trata de los vinos flamencos, unos vinos que rinden homenaje a dos cosas muy grandes del Marco de Jerez: los vinos y el flamenco.

La iniciativa es del exportador de vinos Luis Merino, muy aficionado a los jereces y el flamenco, que la ha desarrollado con el cocinero de Picón (@picon_restaurante en Instagram), Juan José Benítez, y con la colaboración de Alejandro Romero, de la Bodeguita Romero, de Félix Lanz de Vinario y del ilustrador Sete González, autor de las llamativas etiquetas de estos vinos (las puedes ver en la imagen de arriba) y también de libros sobre Camarón de La Isla y Lola Flores. Y con la complicidad de la bodega sanluqueña Delgado Zuleta, porque estos vinos proceden de una selección de sus botas.

De momento hay tres vinos. El primero es una manzanilla en rama con cinco años de vejez media dedicada a La Paquera, el segundo un palo cortado dedicado a El Agujetas y el tercero un amontillado que lleva el nombre de El Torta, estos dos últimos con una vejez media de quince años. Lo siguiente será un oloroso que homenajeará a Moraíto. En las tres primeras etiquetas figura también el nombre del barrio jerezano de estos artistas flamencos: San Miguel. Con el oloroso, la etiqueta se mudará de barrio, al de Santiago.

Las botellas de los vinos flamencos. Imagen cedida.

Los tres vinos han llegado ya al país del sol naciente donde Luis Merino ya exporta botellas de otras bodegas. En Japón hay mucha y buena afición al flamenco y al vino de Jerez, y en el caso del palo cortado surge un vínculo más: El Agujetas estaba casado con la japonesa Kanako Ikeda e incluso grabó un disco en la ciudad de Kiyose.

El único establecimiento que no está relacionado directamente con los socios del proyecto donde se puede probar en España es la Taberna Las Banderas de Cádiz, en el barrio de La Viña, donde conocieron estos vinos flamencos casi por casualidad. Explica Antonio Hernández Rodicio, uno de los socios del establecimiento, que en los últimos tiempos están haciendo prácticamente «arqueología» en materia de vinos para conseguir vinos casi imposibles de encontrar en otros sitios. Un ejemplo son estos vinos flamencos, y otro, los elaborados por el sanluqueño Fernando Angulo, también sumamente complicados de encontrar.

Luis Merino explica que, además de en los sitios donde se pueden probar en Cádiz, Sevilla o Badajoz, existe la posibilidad de comprar botellas, contactando con Vinario o con Bodegas Santa Marina de Badajoz, puesto que ambos hacen envíos.

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