La bodega presenta su colección de soleras raras, nueve vinos que se comercializan en ediciones muy limitadas.

 

Siete generaciones de la misma familia han pasado ya por las bodegas Osborne desde su fundación en 1772. Una larga historia que ha permitido a la familia atesorar «una colección única de soleras raras. Además, Osborne ha adquirido otros vinos a lo largo de los años, consolidando constantemente una colección incomparable de vinos muy antiguos y raros», explican.

La Bodega portuense ha presentado ahora el que denomina su «tesoro», del que se enorgullece no solo porque los han «cuidado apasionadamente durante décadas», sino también «porque cada gota encierra su propia herencia y tradición». Solo 9 de estos vinos se lanzan en cantidades muy limitadas, algunos con menos de 800 botellas al año. Estas son dos familias en una sola colección: los vinos VORS, 4 vinos clásicos provenientes de la clase mundial Pago Macharnudo; y las cerezas RARAS, 5 vinos de primer nivel, de disponibilidad muy limitada, procedentes de las soleras fundacionales.

Es tesoro lo forman vinos como el Solera AOS cuyo origen data de 1903, cuando el II Conde de Osborne, Don Tomás Osborne Guezala, lo creó para celebrar el nacimiento de su hijo Antonio nombrando la solera con sus iniciales. O como el Solera Pedro Ximénez, que se extrae de una solera fundada en 1905, formada por una única bota y 3 criaderas de 9-7-7 botas respectivamente. Este vino es el buque insignia de la bodega, con reconocimiento internacional. También el Solera BC 2000 de 1862 es un oloroso medio, de una de las soleras más antiguas de la bodega. Inicialmente era la ABC, pero la solera A acabó e la corte de los zares y sólo la B y la C continuaron en la bodega. El Sibarita proviene de una de las soleras más antiguas del marco, de 1792 y el Palo Cortado Capuchino (1790) conmemora la llegada de la orden capuchina a Jerez.

Los vinos se pueden adquirir en la web de la bodega (aquí).

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