El establecimiento ofrece picoteo de cocina fusión y una carta de restaurante que alterna los clásicos con platos con aportaciones de otras culturas gastronómicas. Los postres estarán a cargo de la pastelería

 

Lidemas es una pastelería y cafetería que abrió en Chiclana, cerca de La Barrosa, en el año 2021. En pocos meses este establecimiento, abierto por la pastelera Lidia Delgado García, se ha convertido en un sitio de referencia en este campo en la ciudad. El local, que ya ofrecía desayunos y meriendas, acaba de dar un nuevo paso y es la puesta en marcha de un restaurante que está situado en la planta de arriba de la cafetería y pastelería, situada en el antiguo restaurante Casa Bernardo.

El restaurante se llama Ático y tiene capacidad para unos 70 comensales, divididos en dos zonas, una para picoteo, con mesas altas, y otra más pensada para restaurante con mesas bajas. De todos modos, por el momento, ambas cartas se pueden disfrutar en todo el espacio decorado con formas geométricas por las paredes y aprovechando mucho también la luz que entra por las ventanas.

Así es el comedor de Ático. Foto: Cedida.

Para la puesta en marcha de este establecimiento Lidia Delgado ha contado con dos profesionales bastante acreditados en la hostelería. Como gerente y jefe de comedor está Juan Villegas, muy conocido en Chiclana, mientras que para las cocinas han contado con Alejandro Santiago, un cocinero nacido en San Fernando y formado en las escuelas de Fuente Amarga de Chiclana y Hofmann en Barcelona. Santiago ha recorrido varios países del mundo para formarse y ya a su vuelta ha estado en establecimientos como Arteserrano, donde fue jefe de cocina, o el recientemente michelineado Código de Barra. El cocinero tiene también especial cariño a su etapa en los inicios en la cervecería Manguita de Chiclana.

Ambos han diseñado dos cartas para el nuevo local. Una, con una docena de propuestas, está más bien orientada al picoteo y recoge una docena de platos encuadrados dentro de lo que se llama cocina fusión y que «son un recorrido por las cocinas de los distintos países en los que he estado».

Vista exterior del restaurante y la pastelería. Foto: Cedida.

Así, para el picoteo se pueden encontrar propuestas como una carrillada aromatizada con vino de Oporto y acompañada de yuca frita, unos tacos mejicanos de corvina con jalapeños, unas papas arrugás con mojo rojo y mayonesa de trufa o unos envoltini de salmón ahumado y ceviche de pescado. Los platos oscilan entre los 6 y os 7,5 euros.

La oferta es más amplia en la carta de restaurante. Aquí combinan clásicos como el pescado frito (chocos, cazón en adobo, daditos de corvina al limón u ortiguillas) con algunas propuestas más novedosas como unas tortillitas, al estilo de las de camarones, pero de chocos en su tinta.

El jamón lo ofrecen acompañado de unas tostadas de pan como tomate. Foto: Cedida.

Hay también apartados para el atún rojo de almadraba, algunos platos de marisco como gambas blancas, almejas o mejillones y ensaladas. El cocinero también tiene un apartado para la cocina italiana que conoce muy bien, al igual que la de Estados Unidos o La India. Así, propone unos espaguetis marineros, unos macarrones a la napolitana o unas cintas con crema de queso parmesano y panceta crujiente. En los tres casos utiliza pasta fresca.

Tienen un espacio dedicado también a los arroces con cuatro especialidades: marinero, de marisco, mar y montaña, otro negro con un alioli de pimientos del piquillo y uno de lagartito ibérico y setas.

No faltan tampoco las carnes como varias propuestas de vacuno (chuletón, entrecot o solomillo) además de pato, cordero o cerdo ibérico.  En el lado marinero un pescado de roca con patatas a la marinera o un bacalao a la portuguesa.

De los postres se ocupa la propia Lidia Delgado con unas natillas con nubes de merengue, un tocino de cielo con maracuyá o un tatín de pera con caramelo salado.

Juan Villegas resalta que se pueden pedir indistintamente platos de las dos cartas.

 

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Quiero probar los distintos sabores de un jamón