El Restaurante A Mar de Jerez ofrece un curioso plato: un marisco que se sirve en dos vuelcos, como los cocidos.
Eso de vuelcos suena más bien a cocido, pero en el Restaurante A Mar de Jerez lo aplican a un marisco, concretamente a un bogavante, hecho al ajillo. La clave está en que aprovechan el aceite para darle un sabor especial al segundo vuelco.
Vayamos por el principios: el primer vuelco. Lo primero que se sirve al comensal es el bogavante -que ha sido troceado en rodajas cuando aún estaba vivo- al ajillo. Una vez comido el marisco, queda, lógicamente, ese aceite que es el líquido que mejor sienta a gambas, gambones, langostinos y familia después del agua salada. Pero esta vez, hay que deponer las rebanadas y armarse de paciencia; el aceite se irá, rumbo a la cocina.
Una vez de vuelta al fogón se hace el segundo vuelco, aprovechando el aceite del bogavante para freír huevos y patatas. También se le puede echar algo de trufa, para completar el conjunto que volverá a la sala para terminar de completar el cuadro.