Esta receta pertenece al libro La Cocina de Fede, de Federico Mayo Salinas (más información sobre el libro aquí). El cocinero explica que «Pilar, una buena amiga, una vez me pidió un receta y que hiciera algo con unos trozos de pollo (que me dio ella), y que fuese distinto y con salsa… y como sé trabajar la comida y técnica marroquí, mezcle el adobo de aquí con algo árabe y terminó en el horno, como algunas recetas de cordero. Y salió esto».
- 1 kilo de pollo troceado sin hueso (pechuga, muslo o contramuslos)
- 4 dientes de ajo
- 2 hojas de laurel
- 1 clavo de olor
- Chorro de vinagre
- Chorro de brandy o vino de guisar
- Sal
- Pimienta
- Pimentón dulce
- Tomillo
- Romero
- Aceite
- Cebolla
- Zanahoria
- Perejil
- Patatas (opcional)
Machacamos o picamos los ajos.
Pelamos y picamos la cebolla y la zanahoria en el caso de que se vayan a añadir.
Limpiamos y deshuesamos los trozos de pollo. Salpimentamos.
En un bol ponemos los trozos de pollo.
Mezclamos las verduras y las especias con el chorro de vinagre (solo para que dé un toque) para ir haciendo el adobo, con los ingredientes y cantidades a nuestro gusto según queramos que predomine más un sabor u otro y según el grado de adobo o fuerza que queramos que tenga el mismo.
El aceite en el último lugar. Mezclamos. Comprobamos si precisa más de sal y aceite. Lo incorporamos con el pollo, removemos bien para que todas las piezas queden impregnadas, dejamos reposar en la nevera, al menos 8-12 horas.
Pasado el tiempo, sacamos con antelación de la nevera para que esté a temperatura ambiente. Removemos bien para que esté todo impregnado del adobo. Precalentamos el horno a 200 grados.
En una bandeja, ponemos una cama de patatas peladas y cortadas. Sobre ella, los trozos de pollo adobado y volcamos parte del adobo y si tiene poco fondo con líquido, un poco de vino blanco.
Dejamos unos 45-60 minutos, hasta que vemos que el pollo está bien hecho por dentro y crujiente por fuera.