Freir chipirones es un arte dificil y en el bar El Colorao consiguen hacerlo a la perfección, tanto el cuerpo como los bigotes del bicho están para comerse kilo y medio sin parar. Los traen de Málaga y no les quitan sus interiores con lo que la pieza resulta tremendamente jugosa. Por fuera una fritura perfecta. Las piezas las embadurnan con harina de El Vaporcito de El Puerto de Santa María. El último toque de exquisitez está en que la fritura la acomapañan con un pequeño envase con una mayonesa con ajo y perejil que elaboran ellos mismos y que está muy conseguida (se ruega mojar los picos de la panadería Orellan con los que acompañan la tapa en la salsa para mejor proveer, como diría un juez). Con la misma salsa acompañan también el marrajo a la plancha y los chocos fritos enteros, dos tapas muy típicas también en Sanlúcar. Los chipirones también se pueden pedir a la plancha. La tapa, con dos ejemplares de buen tamaño, sale a 3 euros.