El bollo africano del Bar Francis
Tapa
El bollo africano del Bar Francis
Tapatólogo descubridor:
Día de hallazgo
Descripción

Hay sitios en los que no es solamente lo que se come lo que te hace disfrutar y uno de estos sitios es el Bar Francis de La Línea. De fondo suenan coplas de Carnaval, estabamos en plenas fiestas el día de la inspección, pero ver a gente sonriendo todo el tiempo, haciendo sonar la campana cuando cae alguna propina y atentos a que en un modesto bar junto a la plaza todo el mundo esté cómodo merece también reflejarse como cosa de interés tapatológico. Pero vamos a ello. El bollo africano es ya un plato típico de La Línea e incluso de todo el Campo de Gibraltar, donde es fácil encontrar versiones de este singular bocadillo. Su invención corresponde a Francisco Trujillo García, linense, 61 años y creador del Bar Francis. Al establecimiento, cuando se abrió, acudían un grupo de senegaleses a desayunar. Cuando Francis les ponía un bocadillo de lomo veía como sacaban del bolsillo una bolsa y le ponían unas especias. Un día Francis probó “la pócima milagrosa” y dijo “que bueno está esto chiquillo”. Así que le pidió a sus amigos la fórmula y a los pocos días llegaron al establecimiento con un tarro de especias para Francis. El tarro contenía pimienta negra, comino, curry, pimienta blanca y sal. Francis untó el filete con este “bálsamo” africano y le añadió los toques de la casa, un poquito de cebolla frita a fuego lento y un buen pegotón de mayonesa. Había nacido el bollito africano como le bautizó Francis en homenaje a los senegaleses. Alguno de ellos, comenta el hostelero, sigue acudiendo aún al establecimiento. El Africano se convirtió pronto en la estrella del bar. Primero porque el toque picante, agradable y para nada fuerte, es un magnífico “reconstituyente” para los que han pasado una noche de juerga y llegan al bar para “reparar” el cuerpo con un desayuno contundente. Pero para los que gustan de un desayuno que te mantenga ya en forma para todo el día este bocadillo es pieza fundamental. No es cosa de “milindris” porque es grande. Se puede pedir incluso uno para dos y se sale “bien despachao”. Viene partido en cuatro trozos (como aparece en la foto) con lo que su ingesta (que finura de palabra) se hace mucho más fácil. Ahora atentos, porque el africano tiene sus claves. Siempre está recien hecho. Lo preparan al momento, cuando lo pides. Lo primero que te preguntan es si lo quieres “con furruño”. ¿y eso que é? pregunta el tapatólogo. Francis explica que el furruño es un mojo picón casero que inventó cuando estaba en el bar de sus hermanos (Carlos y Eduardo) situado a pocos metros. Le puso lo de furruño “porque todo el mundo hace una mueca con la boca cuando lo prueba”. El furruño fortalece el punto picantito del bocadillo, pero aún se puede realizar una aportación más y se puede tomar “la patera” que es el mismo bocadillo africano al que se agrega una tortillita a la francesa en su interior. “Es como si le pusieramos un barquito al africano debajo” señala Francis.

El africano lo mismo se puede acompañar de café como de otro tipo de bebida porque casa con todo. Se puede pedir tanto de bisté de pollo como de bisté de lomo de cerdo. En el primer caso el bocadillo completo vale 3 euros y en el segundo 3,5 euros (precios a octubre de 2021).

Aqui un video en el que el propio Francis muestra como se elabora el bocadillo: