El bocadillo de pringá de la berza del Bar Volapié de Jerez
Tapa
El bocadillo de pringá de la berza del Bar Volapié de Jerez
Tapatólogo descubridor:
Descripción

Otras ramas de la ciencia hablan de tres estados de la materia: sólido, líquido y gaseoso, pero la tapatología, la ciencia de tenedor, añade un cuarto estadio, la materia fundente, ese momento en el que el objeto, fundamentalmente la manteca y otros materiarles relacionados con el cochino en particular, están en un estado que ni es sólido, ni es líquido, ni está caliente, ni frío, pero lo que si está es pa meterle un bocao en condiciones.

En este estado de la materia, el fundente, se sirve este bocadillo de pringá de El Volapié de Jerez. Se sirve, preferiblemente para desayunar pero puede ser consumido a cualquier hora del día. La primera consideración que debe hacerse es que el bocadillo debe tomarse en actitud reverente, es decir, ligeramente inclinado hacia adelante para evitar que una gota del estado fundente se funda un gran lamparón en la camisa…que seguro, ese día, porque estas cosas son así, es clarita. Una vez colocado en posición reverente el bocadillo debe cogerse con las dos manos, aunque sea pequeño, y apretarlo un poquito, para escuchar el crepitar del panecillo. Es en este singular momento, tras el crepitado, cuando debe acercarse a la nariz. Aquí detectamos matices atocimorcichorizados, término científico que indica la presencia en trinidad del tocino, el chorizo y la morcilla. El cuarto elemento es un poquito de carne de cerdo que le da textura al conjunto. Para mi el segundo bocado es el mejor. En el primero estás demasiado poseido por el estress de la primera vez, por el no poderse aguantar, pero ya el segundo los disfrutas más. Tanto el bollo como sus interiores están templaitos y tú, después de comertelo también te quedas una jartá de templado, como si hubieras ido a un spa…pero spamarrano (de cochino).

El bocadillo lo crearon allá por la década de los ochenta del siglo XX Luis Lara Carpio, Luis de Pacote, y su mujer Manuela Ramos, que era, por entonces, la cocinera de esta histórico bar de Jerez. Con el tiempo este bocadillo se ha convertido en un clásico del desayuno en la ciudad. El fenómeno bocadillista se sirve en varios formatos panísticos, que van desde el bollo de pan hasta el mollete.

El sitio ha cerrado.

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