Cuentan los hermanos Ballesteros que este magnífico invento llamado antojo se fraguó hace 20 o 22 años, no recuerdan con exactitud, una noche de gran Premio de Motos. Un portugués pidió al camarero que le pusieran dos huevos con papa y los hermanos Pedro y Manolo Ballesteros, los encargados de la cocina de la Venta Esteban, cortaron unas cebollitas muy finas, frieron unas buenas papas fritas, un par de huevos y ya como detalle sibarita le pusieron a las papas por encima como una manta de buen jamón ibérico que, con el sudor de las papas, se puso de un color para decirle: innnn, allá voy. Cuando esos huevos fritos con papas, jamón y cebollitas salieron al salón, muchos tuvieron un “flechazo” inmediato y le dijeron al camarero que se lo trajeran. Fue el “antojo” del motero portugués y el nombre se le quedó al plato para la historia. El antojo comenzó a servirse en la antigua Venta Esteban y ahora, en las nuevas instalaciones situadas en las afueras de la ciudad, al pie de la carretera de Arcos, siguen siendo la estrella del establecimiento. Aunque parece sencillo es un plato de una gran calidad. La clave, la fritura de las tiritas de cebolla, fínísima, loncheada con una máquina cortafiambres y después enharinadas antes de freirse. Pero hay que saber manejar muy bien las freidoras para conseguir el punto que consiguen Pedro y Manolo Ballesteros. En medio los dos huevos fritos y al otro lado del antojo una buena fritá de papas, cortadas y fritas en la casa, nada de congeladas, porque de lo contrario el plato no sale. El toque final unas finas lonchas de jamón ibérico de bellota de Salamanca que suda sobre las papas fritas. El plato está disponible tanto en la zona de restaurante como en la de barra. Una recomendación final, ahora que estamos en Cuaresma, conviene dejar sitio para pedir de postre arroz con leche…otro antojo.

Los hermanos Pedro y Manolo Ballesteros, jefes de cocina de la Venta Esteban de Jerez y creadores del antojo. Foto: Cosas de Comé.