Los calamares fritos en su tinta del restaurante El Duque
Tapa
Los calamares fritos en su tinta del restaurante El Duque
Tapatólogo descubridor:
Descripción

La vida te da grandes sorpresas y quien te va a decir que uno de los mejores calamares fritos que se pueden comer en la provincia de Cádiz te los vas a encontrar en Medina. Pero la tapatología es una ciencia así, sorpresiva y al ser todavía, en gran parte, ignota por el hombre, permite estas circunstancias. Lo primero que te llama la atención cuando llegan a la mesa los calamares es que vienen medio negros y lo primero que dices es…claro, lo vé. A quien se le ocurre pedir calamares en Medina. Cuidaito aquí. Gran error. No se les vaya a ocurrir llamar al camarero para decirles que los calamares están quemaos. Lo que ocurre es que los calamares se han frito embadurnados en  su propia tinta, con lo que esta dona toda su explosión de sabor a la fritura y de ahí, y de que se trata de unos calamares de potera procedentes del vecino pueblo de Conil, la bonanza del plato. Para colmo los calamares vienen acompañados de unos pimientos verdes que intercalan a la perfección con los calamares. Personalmente muero con la parte de los calamares de las patas pero la verdad es que en el plato está bueno todo…bueno el limón no me lo comí, es verdad.

Evidentemente la gran originalidad de estos calamares es que se frien con su propia tinta. José Luis García, el autor de estos calamares, señala que están en carta desde hace un año y hacerlos así surgió casi por casualidad. Una vez se le olvidó quitarle la tinta a unas piezas y cuando los sacó de la freidora vió que la bolsa de tinta se había roto y había esparcido su sabor y su color por todo el plato. Cuando los probó se quedó sorprendido por el resultado y desde entonces  los sirve de esta manera. Ahora ya, ha perfeccionado la técnica. Así cuando le llegan los calamares los limpia un poco y le extrae la bolsa de tinta. Luego los trocea y, una vez hecho esto, los mezcla con ella. Ya luego los enharina y se frien en aceite de oliva. El resultado es exquisito al unirse la calidad de los calamares, con la calidad de la fritura y el sabor de la tinta. García señala que sólo los tiene cuando encuentran calamares buenos ya que esto es fundamental para el plato.