Sitio con encanto en el barrio de San Miguel. Es pequeño. Al entrar los barriles que contienen el vino, la barra, hecha con ladrillo y una mesa para sentarse. Aún conservan la caja registradora y el peso del almacén de Pepito Carmona, que antes ocupaba el mismo local. Un pequeño patio, decorado con macetas y que da a la cocina, tiene tres mesas donde poder disfrutar de las tapas con más comodidad. En lo gastronómico conviene probar los vinos de barril, sobre todo el fino “Magú”, como le llama el propietario Domingo Ramírez al que tienen y que sacan directamente del barril para servir. También tienen vermouth. En lo que es de comé ninguno de los guisos de su mujer, Ana Buitrago, tienen desperdicio. Cocina casera, de verdad. Hay que esperar porque todo lo preparan al momento. La carta, corta, varía en función de lo que compren. Suelen tener también algo de marisco de Sanlúcar. Tienen también postres que elabora Ana como el arroz con leche o el flan. En temporada tienen mosto, que traen de Trebujena.
La berza, las tortillitas de camarones, las croquetas, especialmente las de espárragos y las de chicharrones, la vieira rellena de mariscos y las costillitas de cerdo en adobo.
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