Uno de los grandes secretos de la cocinera Beli Alvarez con estos chicharrones es que los corta un poco más gordo de la habitual. Esta especie de embutido tan característico de la provincia de Cádiz se suele servir cortado muy fino. La cocinera, que aprendió la receta de su madre Beli Sánchez, lo corta un poco más gordo y así el bocadillo gana mucho en sabor. La forma de cocinar la carne es «secreto de familia» indican en el establecimiento pero recuerda más a un guiso. Va aromatizado con orégano y su poquito de ajo. Para desayunar lo sirven con varios tipos de pan (mollete, rebaná de pan cateto que traen desde la panadería de Pepe El Soldao de Medina, pan integral, de cereales, o chapata, que fue el que tomamos nosotros porque no había mollete cuando fuimos). El pan está bien tostado y hay después otra segunda clave en este bocadillo. Para acompañar te ponen un par de pequeñas tarrinas de manteca colorá para que se la untes al pan. En nuestro caso lo hicimos con moderación para no restar protagonismo al chicharrón, y el fenómeno mantequista aportó al conjunto jugosidad. Me recomiendan hacer otras dos visitas, una para probar la carne mechá de la casa, con su salsa correspondiente y otra para probar el bocadillo de tortilla, con el aderezo de la misma salsa…habrá que comprobar los hechos. Los mismos bocadillos los ponen también en el otro bar que tienen con el mismo nombre en la barriada de Picadueñas.

Los 15 bocadillos para desayunar más aplaudidos de la provincia de Cádiz