Edificio de forma octogonal. Dentro varias calles concéntricas de puestos entre los que abundan las pescaderías con la variedad que da la zona del Estrecho. Se pueden encontrar mariscos y pescados de gran calidad. También destacan los puestos de especias. En los alrededores también muchísimos puestos, en su mayoría de frutas, lo que dan un ambiente muy colorista a la zona. Llaman la atención algunos puestos como una huevería, una de las pocas tiendas que quedan ya dedicadas sólo a la venta de este producto, tiendas de especias o charcuterías muy bien surtidas, además de alguna tienda ecológica y algunos bares para picar. También en el exterior varias carnicerías con carnes preparadas conforme al rito “Halal” musulmán, por el que se elimina toda la sangre. Se puede comenzar la mañana tomando unos churros de los que venden varios puestos en el exterior. En la cercana calle Rafael de Muro, una galería comercial integrada por 16 pescaderías también merece una visita, y la pescadería de Antonio Martín, en la calle Canovás del Castillo.
Ya en 1819, según un muro informativo colocado a las puertas del mercado, la plaza, entonces llamada plaza baja, funcionaba como mercado. En 1827 se inaugura un primer edificio, aunque el actual, muy apreciado desde el punto de vista arquitectónico, se construyó bajo las instrucciones del Ingeniero Eduardo Torroja Miret. (más información aquí)
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