Santiago Soto y su esposa, Africa Zambrano, abrieron su pastelería en el año 2000, en la zona de El Altillo. El nombre lo escogieron como homenaje a una pastelería mítica que existió en el siglo XX en Jerez, La Esperanza, y en la que trabajó durante muchos años el propio Santiago. El 5 de septiembre de 2014 se trasladaron a un local de la calle Córdoba, donde tienen también servicio de cafetería.

Obrador artesanal en la que se pueden encontrar todos los clásicos de la dulcería jerezana. Funcionan como despacho de dulces y también como cafetería con mesas donde poder desayunar o merendar. En el expositor se pueden encontrar desde el clásico tocino de cielo a otro dulce típico de Jerez, el pocito (más información aquí). En la lista también pitisus, milhojas, dulces de hojaldre, de crema o canastillas rellenas. También bollería como unas carmelas rellenas de una crema especial que hacen y con la que rellenan también los pocitos. Hacen tartas por encargo y también sirven postres a hostelería. Por encargo cuentan con pastelería salada. En Cuaresma hacen alpisteras, un dulce peculiar y en Navidad mantecados de elaboración propia, además de pestiños o roscos de vino.

Santiago Soto y África Zambrano

El salón.

Un dulce del establecimiento