Plaza de la Constitución sin número.
Los datos que tiene Juan Quirós Ramírez, el actual gerente del bar La Parada son que el establecimiento se pudi inaugurar entre 1956 y 1957 y fue en principio un pequeño kiosko que existía junto a la parada del autobús, de ahí su nombre. El primero que lo regentó fue Manuel Garraña a quien luego sustitutuyo otro arrendatario llamado Arriaza. El 12 de junio de 1968 se hace con el bar Antonio Sánchez Tejero que lo agrandó y lo cambió de nombre, poniéndole Bar Canalejas. Juan Quirós comenzó a trabajar con Antonio Sánchez. En enero de 1998 fallece Antonio y sus familiares le arriendan el bar a Juan que lo mantiene en la actualidad con su esposa, Carmen Naranjo Borrego. Juan le volvió a cambiar el nombre y recuperó el de La Parada, que se mantiene en la actualidad.
El sitio tiene un salón con barra y mesas de estilo funcional a lo que unen luego una terraza cubierta en la plaza. Adjunto al bar y con comunicación con este tienen una churrería que abastece al bar y también los vende en cartuchos de papel de estraza para llevar. Los churros, de los finos y que se pueden acompañar con chocolate, los tienen siempre por las mañanas y también los hacen por la tarde desde octubre y hasta el mes de mayo. Ofrecen también para desayunar varios tipos de pan y un amplio surtido de cosas para untar. Al mediodía y por la noche también sirven tapas y raciones. Las especialidades de la casa son el pescado frito que traen de Sanlúcar y el guiso de carrillada, además de los huevos a la flamenca que sólo hacen en invierno «cuando hace frío» indica Juan.
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