La Finca las Mesetas de Setenil presenta su tercer vino, el segundo que comercializa bajo el nombre de Xaldenil, un vino de autor del que se lanzan al mercado 2.400 botellas
Puede que los viñedos de Finca Las Mesetas sean los más altos de la provincia. Están a entre 610 y 650 metros de altura sobre el nivel del mar, lo que da una personalidad diferente a sus vinos. Francisco Camacho y Daniel Camacho -padre e hijo- se plantearon hace tres años recuperar aquí una tradición de la que en Setenil quedaba ya tan sólo el nombre de Las Bodegas. La familia tenía estas 60 hectáreas, 50 de ellas montes y 1,3, viñedos donde hace un década se plantaron injertos de Syrah, Merlot y Cabernet Sauvignon.
Hace tres años no sólo decidieron conservar estas viñas y volver a producir vinos. También se fraguó la alianza entre Daniel y Santi Jordi, presidente de la Federación Española de Enólogos y vicepresidente de la Unión Internacional de Enólogos. Camacho es propietario de la tienda de productos gourmet La Cueva del Ibérico, donde se venden los vinos de Jordi. Así comenzó la relación; desde el primer Xalnedil, Jordi se implicó en el proyecto y dirige técnicamente la producción en viñedo y bodegas. Fue ese un vino que no dejó indiferente a nadie, según la descripción de Daniel Camacho. Después vino el 7 mil pasos. Y ahora, el segundo Xanedil, cosecha de 2015, un vino joven elaborado con un coupage de Syrah (45%), Merlot (35%) y Cabernet Sauvignon (20%), envejecido 6 meses en barricas usadas de roble francés, que ha permanecido un año en botella antes de salir al mercado. Como ya ocurrió con el primero, la tirada es corta: de unas 2.400 botellas.
En la presentación del nuevo vino, que se comercializa a través de La Cueva del Ibérico (más información aquí) Jordi habló de la calidad de estos viñedos en altura e hizo hincapié en que el proyecto de Finca Las Mesetas se ha desarrollado poco a poco, sin prisas comerciales y buscando el potencial que la viña puede dar. Tras un primer año más complicado en el que se comercializó Xaldenil 2014 -ya agotado-, vino el año del 7 mil pasos. El nombre de ambos vinos hace referencia a lo mismo: un posible origen del término Setenil.
«Nariz limpia, con recuerdos a frutos rojos y especiado. En boca es fresco, amable y con un largo final que invita a beber más». Así describen desde la bodega el nuevo vino de la localidad serrana, ya oficialmente en el mercado.