Santi Jordi crea dos nuevos de autor, el Atuna y el Caracepa. En Jerez, José Estévez presenta su blanco Albariza mientras que en Sanlúcar Barbadillo recupera su tradición vermutera tras perder la pista de la antigua receta… y hasta de por qué le llamaron Atamán hace 75 años, y en Rota la Tintilla de Bodegas el Gato cambia de imagen.

 

A Santi Jordi, presidente de los enólogos españoles, ya le conocíamos vinos de autor como Margarito & Amapolo, Flor de un día o Petit Verdot. Ahora, el enólogo jerezano continúa ahondando en las uvas que mejor se dan en la zona y aprovechando el gusto fácil de la syrah para que el vino tinto, aunque sea joven, tenga el gusto aterciopelado que anda buscando. Caracepa es fruto de esa búsqueda. Es un vino de la Tierra de Cádiz (el viñedo está en Prado del Rey) compuesto de Syrah (60%), Petit Verdot (30%) y Tintilla de Rota (10%). Este vino nace «con el ímpetu de estar en todas las conversaciones distendidas, con la mirada brillante de aquel que busca la una conversación sin implicaciones, con la elegancia del saber estar y con la picaresca de descubrir qué sabor o aroma gusta más. La justa complejidad que nos hace disfrutar de esa amistad sin nada más que hablar». Así se explica Caracepa, un vino rojo cereza, con olor a fruta negra y roja y fresco y persistente en boca, según su ficha de cata.

Atuna es un vino blanco de carácter más «tropical», indica el autor, que está pensado para armonizar con el atún «embotellando la fuerza del mar gaditano, la personalidad de sus aromas y el carácter de su fauna marina». Este vino, de uva chardonnay de Jerez, tiene aromas a fruta exótica, a mango, piña y banana explica la ficha.

De Caracepa se han producido 8,500 botellas; de Atuna, 6.500. Ambos llevan muy poco tiempo en el mercado, pero ya han empezado a cosechar reconocimientos en certámenes nacionales e internacionales. Se pueden comprar a través de la web de Vinos y Maridaje (Ver aquí)

Nuevo vino de José Estévez

También ha presentado un nuevo vino José Estévez: Albariza, un vino blanco de la Tierra de Cádiz que evoca a la tierra donde se cultivan las viñas jerezanas. Está elaborado íntegramente con uva palomino fino de una selección de viñas del grupo bodeguero, y su etiqueta, un caballito de mar, recuerda a la historia submarina que está en el origen de los suelos de albariza. Recuerda la bodega que estos son el resultado de la sedimentación de organismos acuáticos y bivalvos junto con una gran cantidad de arcilla. La descomposición de la roca madre, así como de las conchas y fósiles origen animal, genera la gran mineralización de la tierra del Marco de Jerez.

El vino es un blanco joven, «muy alegre en nariz y con un agradable recorrido fresco y sutil», «ideal para disfrutar con arroces, mariscos, ahumados y comida asiática».

Nuevo vermut

También hay noticias desde Sanlúcar, desde Bodegas Barbadillo, que ha lanzado su nuevo Vermut conmemorando los 75 años de la marca Atamán -que ni ellos saben por qué se registró- y recuperando su tradición vermutera, interrumpida en los años 70. De aquella época quedaron unas botas de viejos vermuts y quinas que Barbadillo ya presentó en sociedad hace un año, aunque la antigua receta había desaparecido. Estas esencias han servido como inspiración del proyecto de desarrollo de la nueva fórmula.

Se desconocen las causas que hicieron que Barbadillo registrara esta marca en 1943. El término hace referencia a personajes extraños a la cultura sanluqueña, concretamente a los generales de los ejércitos cosacos del Cáucaso. En esta ocasión, «Atamán desfila cargado de carácter amable y de flores manzanilleras para acompañar la recuperada costumbre del aperitivo vermutero. El lanzamiento de la nueva formulación coincide con el 75 aniversario de aquel curioso registro de marca». Además de las viejas reservas que había en la bodega, el otro ingrediente es la manzanilla de los históricos cascos bodegueros Angioletti y El Toro en el Barrio Alto Sanluqueño.

«Quien guarda, halla. Con este lema la bodega sanluqueña apuesta por traer de vuelta tesoros del pasado. Damajuanas de vermuts, quinas, ponches y cacao se guardan celosamente en el espacio Atamán. Un escondido lugar en la bodega de Angioletti que ha pasado a llamarse como la gama bebidas que alberga. De este espacio, salen cada año un reducido número de botellas para que los amantes de la enología descubran los tesoros que se guardan en Bodegas Barbadillo», indican.

Armando Guerra, responsable del área de Alta Enología de Bodegas Barbadillo, explica que “el proceso de creación del nuevo vermut se vio siempre condicionado por la ausencia de la antigua receta del vermut que se elaboraba en la bodega hasta los años 70. Esto llevó a que el trabajo de recuperación se llevara a cabo con un decidido equilibrio entre la cata de los antiguos vinos aromatizados de la bodega, y la elección de nuevos caminos por explorar.”

Este nuevo vermut sale al mercado en pequeñas ediciones de medio litro, conservando el histórico logotipo de Atamán. Las botellas llevarán el clásico tapón cabezudo jerezano. La primera edición contará con 1.500 botellas.
Este lanzamiento ha coincidido con la entrega del Premio a la Mejor Bodega del Año otorgado en la 32º edición del Salón de Gourmets en Madrid. Un importante reconocimiento donde premia a Barbadillo “por su constante innovación en el sector y en las zonas donde está presente”.

 

Nueva imagen de la Tintilla de Bodegas El Gato

elgato847

Y acabamos en Rota, donde Bodegas El Gato ha presentado la nueva imagen de su Tintilla de Rota al alcalde de Rota. El nuevo etiquetado y diseño realizado por la empresa El Gatonauta no sólo incluye el nombre de este vino autóctono y peculiar de Rota, que ocupa un lugar muy destacado en la imagen; también el nombre de Juan Martínez «El Gato», que «durante años ha trabajado por rescatar la uva y llevarla hasta el producto que es hoy; en nombre de Rota donde por las características del clima y de la tierra, se cría esta uva tinta delicada y de baya pequeña», explican desde el establecimiento.

Han querido dar al etiquetado de la Tintilla de Rota una imagen más limpia, que llame la atención de una forma inequívoca sobre el nombre del vino. A esto se suma la Selección Juan Martínez y tres de los monumentos más significativos de Rota, como son el Castillo de Luna, la Torre de la Merced y la iglesia de Nuestra Señora de la O.

Las tres generaciones de esta familia roteña han trabajado de manera conjunta poniendo todo su cariño en este cambio, al que acompaña un cartel en el que han querido «destacar la figura del abuelo y el mimo con el que Juan Martínez ha trabajado siempre este vino».

 

Pinche aquí para saber más.
Quiero probar los distintos sabores de un jamón