Miss Catas emprende junto a otros socios dos proyectos, uno que pretende llevar el proceso de elaboración del vino a las escuelas y otro para formar a los profesionales de la hostelería.

 

Miss Catas, o lo que es lo mismo, Carmen Martínez Granados, ha emprendido dos nuevos proyectos, cada uno con un socio diferente, pero ambos en torno a la formación y el vino.

El primero es la enseñanza del proceso de elaboración del vino, que se explica en los colegios a través de un libro con una protagonista: Flor, la levadura del vino.

El origen está en la exposición de Jonocla Fotografía El Vino, alma de mujer, que consiguió reunir a más de 100 mujeres que en la provincia se dedican al mundo del vino, entre ellas a Miss Catas, que es sumiller y actual presidenta de la Asociación de Sumilleres de la provincia de Cádiz. El colegio de San José Obrero pidió a Jonocla que hablara del tema en el colegio, y el siguiente paso fue contar con Carmen para que explicara a los niños cómo se hace el vino. De esta experiencia surge la idea de crear un cuaderno de trabajo para para enseñar a escolares la elaboración del vino de la tierra, destacando el papel relevante de la mujer en el proceso. Intentan así cumplir un doble objetivo, acercar la cultura vitivinícola a los más pequeños, y hacer más visible a la mujer que desarrolla su trabajo dentro de este sector.

El resultado es un cuaderno de trabajo titulado ‘Aprende con Flor, la levadura del vino’, que reúne una parte de cuento con láminas para colorear, y una serie actividades divertidas que servirán a los niños para consolidar
lo aprendido sobre la viticultura de nuestra tierra. La conductora de la historia es Flor, una levadura encargada de contar todas las curiosidades que rodean a la elaboración del vino de Jerez. Flor forma parte del velo de flor  protagonista de la elaboración de la crianza biológica, y ayuda a entender algunos conceptos importantes que hacen que el vino de Jerez y del marco tenga su propia identidad y sea conocido en el mundo entero.

Hay dos cuadernos: uno infantil para el alumnado de entre 3 y 8 años, y otro cuadernillo para el que tiene entre 9 y 12 años.

Como es lógico, en  ningún momento se aborda el consumo; en cambio, a través del proceso del vino, los escolares se adentran en conceptos propios de la agricultura, aprenden qué es la fermentación, y también la importancia de la economía del vino en Jerez y la provincia… «Los niños tienen muy claro que el vino es para los adultos», explica la sumiller. Aunque el proyecto acaba de arrancar, ya se han dado las primeras clases.

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Del cole a la escuela

Para hablar del siguiente proyecto vamos desde el colegio a la escuela, concretamente a la Escuela Superior de Sumilleres y Estudios del Vino. Este proyecto, que afronta junto a Juan Antonio Pina Hidalgo, pretende formar a sumilleres y personal del mundo de la hostelería, las bodegas… La idea es empezar en septiembre con cursos largos para formar a sumilleres, impartidos por profesionales reconocidos, y que afronten diferentes aspectos, desde el inglés a la comunicación. Esto se combinará con cursos más breves dirigidos a reforzar los conocimientos en diferentes ámbitos. Algo que distinguirá la oferta de esta escuela es que la inmensa mayoría de la formación será presencial.

 

 

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