Urban Last Mile permite distribuir productos en la capital española con la peculiaridad de que se pueden realizar demostraciones en un puesto de productos gourmet ubicado en el mercado Guzman El Bueno.

 

Tienen una tienda especializada en productos gaditanos en un mercado de abastos en Madrid, pero no son tenderos: se encargan de la logística. En la plaza madrileña cuentan con un espacio que no sólo es una tienda gourmet especializada en la provincia: está abierto a los clientes gaditanos que quieran mostrar su producto allá en la capital.

La iniciativa es de dos socios, Dario Sanz y Roberto Barrigós, que está casado con la alcalaína de origen, Inés Ramírez. Tuvieron la idea de llevar los buenos productos que se realizan en la provincia a Madrid, tras darse cuenta de que muchos productores tienen como punto débil la logística: quieren vender en la capital, pero no saben cómo afrontarlo o no tienen tiempo para organizarlo.

Los socios recurrieron a los servicios de orientación a los nuevos empresarios de la Junta, al CADE, y cuentan con una nave en el polígono Cañada Ancha de Vejer de la Frontera. La idea inicial de crear una empresa puramente logística ha dado un paso más casi por casualidad, con la apertura de una tienda dedicada exclusivamente a la venta de productos gaditanos, que está ubicada en el puesto número 9 del mercado Guzmán El Bueno (Andrés Mellado, 43. Teléfono 910 68 48 08) y que abrió el 10 de noviembre.

Explica Roberto que esta tienda -que atiende el alcalaíno Diego Pizarro- no sólo sirve para vender los productos gaditanos. Cualquiera de sus clientes puede organizar allí una degustación, por ejemplo, para dar a conocer un nuevo producto a restaurantes. Actualmente, la tienda cuenta con las marcas más conocidas (La Chancha, Herpac, El Ronqueo, El Pueblo, El Gazul, El Bosqueño, Pajarete…) una lista de una veintena que se irá incrementando. Quienes se acercan al puesto pueden incluso consultar toda la oferta de estos productores gracias a una tablet que ponen a su disposición.

En algunos casos, no hace falta dar muchas explicaciones sobre los productos: hay muchos madrileños que veranean en la costa gaditana y ha tenido oportunidad de probarlos aquí. Es lo que le pasó a un matrimonio que se acercó al puesto, dijo que el año se les hacía muy largo hasta volver a Conil, y se acabaron llevando media tienda.

 

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