El restaurante Pócimas ofrece comidas en un ambiente relajado y tranquilo. En su oferta culinaria, con toques internacionales pero con mucho de cocina marroquí, destacan platos como un exquisito tartar de atún, el sabroso tajín de morcillo de ternera o el postre Jawhara.
Las mesas están vestidas con manteles blancos. Suena, bajito, Moon River, y un rayo de sol consigue burlar los árboles de la plaza de Candelaria para bruñir las mesitas bajas de té que decoran el rincón curvo. El ambiente invita a relajarse, a comer sin prisas y a disfrutar de una comida que mejora propuesta a propuesta y de un servicio impecable.
El ambiente tranquilo del nuevo Restaurante Pócimas es prácticamente una excentricidad en la ciudad de las barras de bulla y las terrazas ruidosas. Abierto hace tan solo unas semanas por Naoufal Allach, su propuesta es de fusión internacional, aunque lo que más abundan son los ingredientes y recetas del país de nacimiento, Marruecos.
La bienvenida a la degustación la da un pan tostado y crujiente, cubierto con crema de queso y anchoas, al que sigue una tartaleta de bacalao y perlas de arenque, aderezada con unas limaduras de limón marroquí y aceite de clorofila, todo ello acompañado por el maridaje propuesto por la casa para comenzar, un José Parientes. Nos encontramos ya aquí una combinación que veremos más veces a lo largo del almuerzo, la de la base crujiente contrastada con la cremosidad de una salsa suave… que da paso a un sabor más fuerte.
Seguimos con unas verduras de temporada cocinadas a fuego lento al tajín de barro, marinadas en limón marroquí y aderezadas con especias. Hay guisantitos crujientitos, brócoli,,, pero el papel más destacado es el de una jugosa berenjena.
En este punto llega a cestita con una variedad de pan calentito, entre la que destaca una versión en pequeñito de la baguette. Este pan es de kilómetro cero, pero de verdad: es de la panadería situada en la otra acera de la plaza Candelaria, Nueva Gloria.
Llega otro plato, unos gambones a la plancha, con el cuerpo peladito aunque con cabeza chuperrreteable, que se acompañan con un nuevo vino: el rueda Embrumas.
Llegamos a uno de los puntos fuertes de la carta de este nuevo establecimiento: el tartar de atún rojo. El atún se ha macerado en infusión de cardamomo, soja y aceite de sésamo. En la corona que forma el tartar hay grosellas, pétalos, esferificaciones, dos salsas… Pero, sobre todo, hay unos tomatitos cherry rellenos de un elixir de cerezas espectaculares. En Cádiz ya es difícil sorprender con un tartar de atún, pero este consigue destacar… y mucho.
El siguiente plato requiere un cambio de vino… y un soplete. Pasamos a Quadis de Barbadillo para recibir una tartaleta con crema de queso, boletus, trufa… debajo, el foie atemperado previamente con el soplete, y encima, unas esferificaciones de aceite de arbequina. El plato es otoño puro… y muy rebañable.
Seguimos para arriba con dos platos que tienen cosas en común: se trata de dos recetas con ternera que figuran en cualquier libro de cocina marroquí. Son los jugosos pinchitos de ternera (también los hay de cordero) con una deliciosa mezcla de especias ras el hanout y que llegan precedidos de un olor de lo más apetecible, y el tajín de morcillo, con sus ciruelas, sus orejones… Este plato, propio de celebraciones, lo riegan con un almíbar con miel, canela, clavo y cardamomo. Para no parar de rebañar.
La parte salada termina a la francesa, con una tabla de quesos con brie, un curado de oveja y un roquefort bañados con un poco de miel, con pistachos, uvas y pistachos.
Y llega el postre, un plato marroquí poco conocido, que se puede encontrar en Casablanca, Fez y poco más: Jawhara. Son láminas de una masa que recuerda a la parte cucurrita de los churros, entre las que se sitúa una crema de leche al limón, frutos rojos. Un postre con personalidad, nada dulzón, que gusta incluso a los que no son demasiado amigos del azúcar. Acompaña un limoncello, para dar el toque final.
Y todo esto, en un ambiente tranquilo, acogedor, con un servicio atento… Un sitio para disfrutar de un almuerzo sin prisa, con una carta diferente y muy cuidada.
Los precios: la tartaleta de bacalao figura en la carta de tapas a 4 euros; las verduras, a igual precio; los gambones, a 4 euros. El tartar de atún, que se llama en la carta de Entrantes Elixir, cardamomo y atún, cuesta 18 euros. El pinchito (que también puede ser de cordero) está a dos euros, el tajín de ternera a 15, la tablita de quesos a 4 euros y el postre, a 6,50 euros. Puedes consultar la carta completa aquí.
Dirección, carta completa, teléfono y más datos sobre Pócimas aquí.
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