Mojar un churro en chocolate y luego, levantando el churro no más de 4 centímetros sobre el líquido, ver como cae la gotita de chocolate haciendo plin es un placer que cualqueir tapatólogo debe hacer, al menos , una vez al año. Lo recomienda el Colegio de Tapatología en el artículo 43 de sus actas fundacionales. El requisito fundamental para un buen chocolate con churros es que el primero de ellos…bueno y también el segundo, lleguen humeantes a la mesa…eso ya te pone en ambiente, es así. El hombre y la mujer somos así, nos ponemos en ambiente con estos pequeños detalles. Este desayuno ofrece muchos placeres en uno. Además de el de ver caer la gotita y el de ponerse en ambiente con el humo, luego viene, el tercero y quizás, el más impactante, cuando cruje el churro dentro de la boca y se desparrama un poquito, con discrección el chocolate. En La Ponderosa, en El Puerto de Santa María, todos estos placeres se pueden llevar a cabo y, además, por si fuera poco, hay otro placer y es que la ración de churros es generosa, que eso también gusta. Tanto el chocolate como los churros llegan calientes a la mesa. Recomendamos especialmente la terraza porque siempre se disfruta más comiendo churros mirando al horizonte, le da como más glamour. Estos churros portuenses son toda una institución en la ciudad desde que allá por 1972, Pepe Basteiro, un gallego que ha sentado cátedra hostelera en El Puerto de Santa María, los empezara a hacer y a servir en el establecimiento. Ahora, es su hijo Carlos el que cada mañana y cada tarde lleva a cabo el ritual de realizar la masa, que es todo un arte a la mano ya de muy pocos. En La Ponderosa ponen los churros y el chocolate para desayunar y merendar. Se pueden tomar tanto en el local como comprar para llevar.
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Churrismo: El churrismo es un área científica del área de Desayunística, la ciencia que estudia los desayunos.