Hace ya 57 años que Josefina Bornay, la suegra del actual maestro heladero, Rafael Jordá, creara esta fórmula, mitad tarta y mitad helado, cuya fórmula magistral no se ha tocado desde entonces y sigue igual de actual ya que sigue siendo uno de los helados más vendidos de esta heladería situada en “la catedral gastronómica” de Sanlúcar, la plaza del Cabildo donde se encuentran otros templos del buen comer como Balbino, Barbiana, La Gitana o Taberna Juan.

La tarta es una especie de brazo de gitano helado en el que un bizcocho se rellena con helado de vainilla y chocolate. Luego se enrolla y se sirve a rodajas. Rafael señala que al principio se servía sólo y que lo único que ha cambiado en la presentación es que ahora se le pone un poco de nata por encima con una guinda y caramelo. Lo demás sigue igual porque las claves de esta heladería artesana, una de las más prestigiosas de la provincia, sigue siendo la misma, hacer los helados a diario. La heladería, creada hace más de 100 años por Carlos Bornay y que debe su nombre a uno de sus hijos, Toni, que seguiría con el negocio,  está abierta desde el día de San José, en marzo hasta octubre en que cierra sus puertas hasta el año siguiente. Siempre cuenta con una terraza en la plaza del cabildo donde es posible tomar, además de esta tarta o postres tradicionales como el pijama, una carta muy variada de helados.