La sopa tomate tiene un caracter reconfortante. La vida no se ve igual antes y después de tomar una buena sopa tomate. Cuando vas por la tercera cuchará parecerá que se han olvidado todos los problemas. Esta versión, del hostelero Jesús González González de Quevedo, un veterano de la profesión en Jerez, tiene como caracter más llamativo la suavidad y la elegancia. No es una sopa tomate densa, ni agresiva. El sabor a tomate no sobresale en exceso y además, el conjunto, adquiere una condición aún mayor de suavizador de estómagos con el huevo cuajao que lleva enmedio. Lo suyo es mezclar el huevo con las sopa, condensada con pan cateto que traen de la panadería El Soldao, de Medina. La tapa sale a 3 euros.
Jesús González, el propietario del establecimiento y autor de la tapa. Foto: Cosasdecome
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Ciencias de la Cuchara. Subapartado de Soponimía Condesativa (dicesé de la especialidad que estudia el complejo mundo de las sopas en su estado más sólido cuando la aportación de pan u otras sustancias proclives al engollipamiento hacen que la sopa se presente en estado condensado, de ahí el apellido “condensativa” que se le da a esta clase de soponimía).
