La carne mechá de la carnicería Andrades
Tapa
La carne mechá de la carnicería Andrades
Tapatólogo descubridor:
Población
Día de hallazgo
Descripción

Dentro del macrocontenedor de las tentaciones de la carne, estariamos ante un descubrimiento de carnemechadismo, en este caso “exento”, que lo diferencia del carnemechadismo salsibuénico que es cuando la mechá se presenta embellecida con algún tipo de salsa.

La carne mechá debería estar entre las siete maravillas del mundo. Yo por lo menos me lo paso mejor con un mollete de Espera relleno de carne mecha que viendo la Torre Eiffel… que de doló de cuello de tanto mirá pa lo alto. Soy de carne mechá un poquito gordita… nada de minimalismos. Cuando la carne mechá está en su punto no valen esos cortes casi transparentes, es mejor que haya contundencias para poder apreciar los sabores. En la carnicería Andrade de Ubrique ponen una carne mechá de esas que todo buen fiambrerista no debe dejar de probar y disfrutar. La hacen con cabeza de lomo y conforme a una fórmula que inventó María Andrade Márquez allá por los años 80 cuando su hijo, José Cózar, puso una carnicería en el pueblo.

La carne mecha de Andrade tiene varios puntos originales. La hacen habitualmente al horno, en vez de frita en una perola. José Cozar señala que “así se consigue un mejor resultado porque la grasa se disuelve mejor y la carne queda más jugosa”. Pero el punto definitivo está en “el abrigo” que inventó María para ponerle por encima a la carne. Así esta se recubre, antes de hacerse por una mezcla de especias con ajo y zanahoria, todo majado. Con esta mezcla de verduras y especias se cubre la carne que así chupa los sabores de la verdura y las especias.

En la carnicería la venden tanto en piezas enteras, en torno a los 600 gramos como en medias piezas y también en lonchas. El kilo lo tienen 13,90 euros y también la llevan al restaurante de la familia, El Plaza, que funciona actualmente como salón de celebraciones.