Esta pastelería jerezana destaca por su especialidad, los dulces con la crema de pocito, muy famosa en la localidad (más datos aquí) y que bordan en este establecimiento. La utilizan, además de para el dulce que lleva este nombre, para elaborar un espectacular hojaldre (miliciano) y también “pitisus”, empanadillas o bollos. Y, cuando llega la festividad de Reyes, para elaborar su roscón más demandado.

Además de los rellenos con esta crema de pocito, los tienen de nata, crema pastelera, sidra, trufa… Además, se puede pedir la mitad del rosco de un sabor y la otra mitad de otro. En cuanto a los tamaños, hay roscos pequeños para unas cinco o seis personas, medianos para 10 ó 12 y grandes para unas 20.

Desde el establecimiento explican que una de las características principales de sus roscos es que son muy frescos; para ello, sólo los venden durante los días 4, 5  y 6 de enero, y empiezan a elaborarlos el día 2; será entonces cuándo sepan los precios. Además, durante esas jornadas la producción de su obrador se centra exclusivamente en estos dulces.

El establecimiento cerrará después de Reyes de 2023, por lo que esta es la última oportunidad de probar sus roscones.