El plato lleva en la carta de Casa Bigote, tanto en la taberna como en el restaurante, desde hace una quincena de años, calculan los hermanos Cesar y Fernando Hermoso. «Nuestro padre comenzó a servirlo porque un día quiso recordar un guiso de pollo que le hacia su tía con un poquito de zanahoria. Pensó en hacer la misma preparación pero sustituyendo el pollo por los chocos y así surgió el plato. Desde que lo pusimos no hemos podido quitarlo de la carta porque lo piden muchos clientes». El guiso tiene una peculiaridad y es que lleva en la salsa zanahorias, algo poco habitual en las salsas de pescado. También es peculiar que se aromatiza con clavo. Eso sí, no falta el chorreón de manzanilla. Las papas van como guarnición, fritas. En el último momento, cuando se va a servir el plato se le pone un poco de tomate frito casero.