Si levantas la vista de las rebanás de pan…lo que resulta dificil porque te obnubilan, el «paisaje» no se queda atrás. En la pared una exposición de gorras de paño. Más allá se atisban mieles, jamones, grandes tarros de legumbres, una exposición de navajas u otra de cántaros de barro. Sólo por el «atrezzo» el desayuno ya vale la pena, pero el actor principal no se queda atrás. Me preguntan si mollete o rebaná: Rebaná. Llega relativamente rápido y muy bien tostada. Me han puesto dos…he tenido premio, porque una era poca cosa me aclara el camarero. Pero para que te hagas una idea del «gigantismo» del sitio, cada tosta tiene lo menos 30 centímetros…no te digo ná si me llega a tocar una sola. Para el «untamiento», aunque antes ofrecían un surtido de tarrinas para untar, ya solo ponen el tipo de manteca o el relleno que solicites, por lo que el desayuno ha perdido gran parte de su encanto, aunque el pan, tanto la rebaná como el mollete están buenos.

La fuente de «untamientos» que ponían junto a las rebanás. Ahora ya ponen mantecas envasadas. Foto: Cosasdecome