Jesús Rodriguez Arias señala: Se puede decir que el otoño, invierno y principio de primavera es la temporada alta de los pueblos que conforman la Sierra de Cádiz. Una vez que se recuperan las temperaturas más a la baja, la hora cambia, y las playas esperan al verano venidero, los conocidos como los Pueblos Blancos notan el auge de visitantes especialmente durante el fin de semana. El pasado sábado nos encaminamos hacia El Gastor que es un precioso pueblo que volvimos a redescubrir después de 10 años de la última visita. Nos dirigimos hacia el restaurante «La Posada» que fue el lugar donde hace más de una década almorzamos divinamente. Allí nos atendieron maravillosamente e incluso pudimos conversar con el gerente y le dijimos que hace unos diez años visitamos la localidad y comimos en su casa en una fecha que era reciente su puesta al frente de este histórico lugar. Recomiendo de forma explicita el plato combinado de huevos fritos con patatas y lomo en manteca. Huevos buenos, papas caseras muy bien fritas, y un delicioso lomo con la justa manteca. Antes habíamos tomado una ensaladilla casera muy buena en mi caso, unos huevos de codorniz, los famosos nazarenos de langostinos, y unas alitas de pollo fritas para Hetepheres. Vino de la tierra y más concretamente de Algodonales. Un lugar para ir siempre y más cuando hacemos esas escapadas de fin de semana donde conocemos los pueblos que habitan la Sierra de Cádiz y todos sabemos que para adentrarse al 100% en un lugar también hay que disfrutar con su gastronomía. Sin lugar a dudas volveremos..

El tapatólogo acompaña su  informe con la foto de arriba.