El restaurante gaditano ha puesto en marcha un servicio de chef a domicilio, con tres menús a elegir.

El Restaurante A Plomo de Cádiz acaba de poner en marcha un servicio de chef a domicilio: basta con llamarlos con varios días antelación para que vengan, te cocinen, te lo sirvan todo -traen hasta mantel, vajilla y demás- y después dejen cocina y salón tal y como estaba. Hasta puedes elegir que te pongan una decoración específica.

El establecimiento está a punto de cumplir los dos años en la calle Fernández Ballesteros, pocos metros de la playa Victoria. Es de dos cocineros, Carlos Martínez y Ramón Alvarez, y serán ellos mismos los que se turnen para atender estos servicios fuera del local. Se encargarán dos personas: uno de ellos, y una de las dos responsables de sala. Carlos explica el proceso: hay que ponerse en contacto con ellos con antelación, porque tres o cuatro días antes de la comida o cena irán al domicilio para averiguar cómo son las instalaciones, qué tipo de acto es, qué se necesita… Si el cliente quiere decoración adicional, como por ejemplo un centro con flores, el restaurante se encargaría de proporcionarla, aunque el servicio se cobraría aparte.

Ya llegado el día, el equipo de A Plomo llegará a la casa con una hora y una hora y media de antelación; traerán muchas elaboraciones hechas desde el establecimiento (que se envasan al vacío y se transportan debidamente refrigeradas), y en la cocina particular finalizarán el menú. Los platos son los mismos que tienen en el local, y hay tres menús para elegir: uno corto, uno largo y uno cóctel. Actualmente están perfilando todos los detalles, y entonces podrá consultarse toda la información e incluso contratar el servicio a través de su página web (ver aquí), pero Carlos adelanta que el corto costará en torno a los 60 euros por persona, que el largo podría rondar los 80 y que el tercero es un menú especial que se destina a eventos con más de veinte comensales.

Durante la comida habrá servicio de sala (más bien servicio de salón-comedor), y las mesas estarán vestidas con la mantelería que aportará el restaurante, que también lleva la cristalería y todo lo necesario. Una vez finalizada la velada, se encargarán de recogerlo todo y dejar la cocina limpia de nuevo.

Explica Carlos Martínez que de esta forma se ofrece un servicio más que puede ser muy cómodo para aquellas personas que no quieran desplazarse ese día al establecimiento; por ejemplo, porque tengan que ir en vehículo pero quieran probar el vino, o porque sean fumadores que prefieran una comida tranquila sin tener que estar entrando y saliendo del local.

Más información sobre el establecimiento, aquí.

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