Un cambio legal permite a la empresa vender directamente a la hostelería, que ya pueden ponerse en contacto con la empresa de cara al próximo año.

 

Una vez que finaliza la extracción de sal en las Salinas de Bartivás, cuando bajan las temperaturas, comienza el despesque. De las mismas salinas donde se ha producido la sal ecológica se saca el pescado que ha ido entrando ahí y que se ha criado de forma totalmente natural. Hasta ahora, la salina los vendía a los mayoritas, pero ahora, gracias a un cambio en la normativa que afecta a la trazabilidad -las señas del origen y el camino que recorre un producto hasta que llega al consumidor- puede venderlo directamente a la hostelería.

El cambio muy a lo justo para este año, pero no para el que viene; de hecho, Pilar Ruiz explica desde las salinas que los restaurantes y pescaderos que quieran pueden ponerse ya en contacto con ellos para organizar la campaña del próximo año. Y hay que organizarse, porque si bien pueden vender directamente a los restaurantes, no tienen medios para llevarles el pescado.

En la salina engordan los pescados que han entrado en ella de forma natural y se alimentan de la misma manera. No hay una selección de especies artificial, ni tampoco piensos. Así, suele haber dependiendo del año lenguados, robalos o lubinas, una «rebujina» en la que no faltan unas lisas criadas en aguas limpias, que no tienen que ver, ni en el color siquiera, a las criadas en el mar.

Lo que sí llega puntualmente a las Navidades es un nuevo envasado, especial para estas fechas, de flor de sal. Se trata de una caja en forma de triángulo que contiene envases individuales con motivos propios de la festividad:

El envasado navideño con al flor de sal.

El envasado navideño con al flor de sal. Todas las fotos han sido cedidas por el establecimiento.

Teléfono y más información sobre la salina, aquí.

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