El establecimiento, situado en el centro San Fernando, ofrece comida preparada tradicional que envasan en raciones individuales y que someten a un proceso de pasterización que permite mantenerlas en perfecto estado más tiempo sin perder sus cualidades
Es el sueño de cualquiera, abrir el frigorífico y encontrarse pues practicamente la carta de un restaurante, con una serie de platos entre los que poder escoger para comer. Luego, tres minutitos de microondas y a comer como si te hubiera guisado tu abuela.
Manolo Ramos, 57 años, y Rosa María Rodríguez, 55, pusieron en marcha en el año 2019 una pequeña tienda de comida preparada en la calle Colón de San Fernando, en pleno centro. Aprovechaban un local de la familia que está justo al lado de la famosa heladería la Valenciana Ibense, que es de unos familiares.
No tenían experiencia previa en el sector pero pensaron que podría ser una solución para la familia. En principio la especialidad de la casa eran los bocadillos gourmet pero se fueron animando con hacer algún guisito. La cosa gustó y al final «terminamos teniendo disponibles más de 40 guisos y cambió completamente la orientación del negocio».
Manolo resalta la importancia que tuvo en esta historia la primera cocinera que tuvo la firma, Mari Sol Sánchez, ya jubilida «y que tiene una buena mano para los guisos espectacular. Lo primero que nos hizo fue un magnífico menudo y ahí empezó todo».
Ahora han hecho un fichaje de lujo y han incorporado a la plantilla a uno de los mejores conocedores del recetario tradicional de la provincia de Cádiz, el cocinero Juan López, que durante casi 30 años fue jefe de cocina de El Ventorrillo de El Chato. «Estamos muy contentos con su incorporación» señala Ramos. «Le da un toque elegante a todos los platos. Los guisos los borda pero nos ha permitido también abrir nuestro recetario a otras especialidades como los postres o los arroces, un área en la que ahora queremos trabajar. De hecho ya estamos ofreciendo arroces para llevar los fines de semana».
Pero la clave de este establecimiento está también en su forma de preparar y presentar los platos. «Aquí guisamos como en casa, sin ningún tipo de aditivos» resalta Manuel. Hacemos los guisos de forma tradicional y luego se envasan en fiambreras termoselladas individuales, pensadas para una persona. Estas tarrinas se someten luego a un proceso de pasterización suave a 73 grados durante 10 minutos. Esto hace que, sin perder ningún sabor ni textura, puedan tenerse guardadas en el frigorífico durante dos semanas».
Esto permite que los clientes puedan llevarse perfectamente platos para consumir durante este tiempo «y sabemos que esto es muy practico, sobre todo para las personas que aunque no tienen tiempo o simplemente no les gusta cocinar, no quieren renunciar a comer bien y con comida tradicional en casa».
Los platos disponibles van desde la ensaladilla de atún o la de pulpo a unos huevos rellenos. Tienen también puchero con fideos, sopa tomate, berza o garbanzos con langostinos o también se puede encontrar unas lentejas con chorizo. Pero la idea es llegar a todos los públicos. Por ejemplo tienen platos para veganos y vegetarianos como una pasta que preparan con verduras y queso vegano o unas alubias que guisan también con verduras. También ofrecen platos de otras culturas como un pollo hecho al estilo indio con arroz salteado o un couscous con carne.
También preparan platos sin sal si lo solicita el cliente y en todas las tarrinas se indican los ingredientes, así como fechas de elaboración y caducidad para que no haya problemas con las intolerancias alimentarias. Ofrecen también postres con diferentes tipos de tartas.
Las tarrinas se pueden introducir también en el microondas para calentar la comida o son aptas también para congelación.
Ahora están también empezando a trabajar con carnes cocinadas a baja temperatura y que luego se ofrecen troceadas. «Tienen una textura muy tierna y creemos que van a gustar».
Pero además de estas tarrinas pensadas para que el cliente pueda llevarse su plan de comidas para varios días también ofrecen a diario un menú del día para las «personas que vienen cada día a llevárselo». Tienen también servicio a domicilio para los clientes que no pueden o no quieren ir hasta la tienda. El menú del día sale por 6,90 euros y tiene dos primeros y dos segundos entre los que elegir. Se ofrece tambíen la posibilidad, por 60 céntimos más, de añadir postre.
Ramos señala que estas comidas que ofrecemos para consumo inmediato «nos se pasterizan y van en otros envases».
Ramos señala que «nuestra idea es hacer la vida más fácil a nuestros clientes y, además, que disfruten de la comida a un precio factible, de día a día». De todos modos también preparan platos para celebraciones y comidas por encargo.
Ahora acaban de inaugurar su carta especial para las fiestas navideñas en la que ofrecen desde el paté de cabracho hasta una ensalada de frutas con langostinos al Pedro Ximénez y salsa rosa, pasando por una crema de camarones al oloroso o una carrillada al Palo Cortao acompañada con verduras en sanfaina. De postre tarta de nata o de queso. Pinchando aquí puede verse la carta completa.
Horarios, localización, teléfono y más datos de Pa’picar, aquí.
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