Todo empezó buscando la forma de amortizar los desplazamientos laborales; ahora Colmena de Prado lleva por toda la provincia, de casa en casa, la famosa miel de la localidad, a la que se han sumado el aceite de picual.
Ramón Bejarano vive en Jerez, pero trabaja en la Sierra. Así que todos los días se montaba en el coche y hacía la ida y la vuelta, dejando atrás kilómetros, curvas y un dinero en gasolina. La oportunidad de aliviar ese gasto se lo dió José Manuel Payá, un cabrero y productor de miel de Prado del Rey. Así que comenzó a llevarse, a la vuelta, una caja con doce tarritos de miel para la venta.
La cosa se fue animando: Bejarano quiso dar impulso a las ventas de esta miel cambiándole el nombre y creando un logo, y así surge la marca La Colmena de Prado. También se hizo con un carrito que transformó en un expositor para que la miel luciera en los supermercados. Y es que se trata de una miel de mucha calidad, pero su productor no tenía tiempo de encargarse de la parte comercial del asunto, explica.
La miel llegó las pasadas navidades a un centro comercial de El Puerto, donde se vendió a razón de 120 tarros al día en un periodo de 10 días, en plena campaña navideña. Pero lo novedoso del caso no es que lo vendan en supermercados, sino que lo hagan de puerta en puerta: atienden pedidos a domicilio, y cada día de la semana acuden a una zona de la provincia para racionalizar los desplazamientos. La miel de Prado del Rey tiene mucha fama y en su mayor parte de dedica a la exportación, así que el hecho de que la lleven a las casas de la provincia supone todo un cambio (puedes saber más donde la miel de la localidad aquí). Además, también hacen campañas en establecimientos, la última en Sanlúcar.
También hay un detalle curioso en esta venta, y es que se trata de miel de temporada. Ahora mismo estamos a mes y medio -más o menos, porque ahora arranca la temporada torrijera y eso conlleva un pico en la demanda de miel- de que se acabe la ‘cosecha’ de este año. Esta miel no se mezcla ni nada de eso: es la que producen la abejas de Payá y, cuando se acaba, hay que esperar a que haya más, lo que ocurrirá en septiembre. De hecho, Bejarano insiste en la calidad y pureza del producto, ya que se comercializan mieles mezcladas no sólo con otras de diferentes procedencias, sino también con otras sustancias como el sirope de arroz, explica.
El aceite
El sistema ideado por Bejarano llamó la atención de otro productor serrano. En 1985 Miguel Mellado había adquirido, gracias a sus ahorros de toda una vida de trabajo como emigrante en el extranjero, una finca en lo que hoy se denomina Paraje de Monforte, en Puerto Serrano. Era un olivar en decadencia, que ahora, tras años de trabajo de él y su hijo (también Miguel) produce aceite: Aceites Adriana, por la nieta de Miguel.
Mellado hijo pidió a Ramón que hiciera con su aceite lo mismo que con la miel, y Bejarano aceptó, pero decidió cambiar un poco la presentación de este producto para facilitar su comercialización. Así que Aceites Adriana se llaman ahora Aceites Tío de la Vara, y su imagen ha cambiado. Sigue siendo, explica, un aceite premium (de entre 0 y 0,6 grados de acidez), de picual, prensado en frío y muy cuidado: explica Bejarano que los productores miman los árboles y vigilan hasta el detalle todo el proceso.
Actualmente, este aceite que llega a domicilio junto con la miel se puede comprar a 23 euros la garrafa de cinco litros, mientras el kilo de miel de Prado está a siete euros y el medio litro, a cinco. Para pedirlos hay que llamar al 676470689
Ramón sigue con su trabajo original, el que le hace peregrinar desde Jerez hasta la Sierra, aunque ahora va cargado de estos productos «gourmet».