El proyecto de los creadores de Fine Tempo crece con vinos elaborados con uva perruna criada en Olvera y con viñedos de Setenil.

 

Los creadores del vino serrano Fine Tempo siguen jugando con la idea de crear vinos singulares con los viñedos olvidados de la Sierra de Cádiz, tanto con las uvas blancas que abastecían a las bodegas jerezanas como con los tintas plantadas mirando las necesidades de Ronda.

Se da así una vuelta más de tuerca a la idea inicial de un proyecto nacido en 2005. Entonces se plantaron los viñedos en Zahara. La primera cosecha de este vino, hecho con uva Syrah y Petit Verdot, se puso a la venta en 2008. En pocos años consiguió convertirse en un vino cotizado, con producciones anuales de no más de 3.500 botellas que tardaban poco en agotarse.

Tras el proyecto están el viticultor Luis Lucero y el enólogo Alejandro Cobos. Es este último quien explica que en los últimos tiempos han estado localizando viñedos parecidos a los que ya tienen para poner en valor vinos «auténticamente serranos» en producciones limitadas. En Olvera han encontrado uno con uva blanca perruna: son viñedos plantados entre olivos de los que ha resultado 1.200 botellas del nuevo vino blanco Pago del Taraje. En Setenil han hallado uvas tintas, la Sirah y la Cabernet sauvignon, con las que han elaborado el tinto Llanos del Higuerón.

La idea es seguir por este camino: hacer que el vino no se quede en Arcos en el imaginario colectivo de la provincia, y que los serranos estén orgullosos de sus vinos.

No es la única novedad: Fine Tempo cambia el etiquetado. La nueva imagen es obra de Jorge Camacho, un autor cubano enamorado del vino y del lugar, fallecido hace cuatro años, explica Cobos.

Según explica el enólogo, los nuevos vinos se pueden adquirir ya en algunas tiendas de la Sierra.

 

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