La Bodeguilla del Bar Jamón de El Puerto recupera la receta de la abuela, con su puntito de picante, para servir los caracoles.

 

Pepita es la abuela materna de Borja y María Fernández de La Bodeguilla del Bar Jamón de El Puerto. Era quien siempre hacía los caracoles en casa, los que le traía su marido, que los cogía silvestres al igual que hacía con los espárragos o los higos. Pepita los hacía… pero no los comía, porque a ella nunca le han gustado.

Pepita, autora de la receta. Fotos cedidas.

Así que, cuando en La Bodeguilla han querido empezar a servir caracoles por derecho, han recurrido a la sabiduría familiar: a la abuela. Ella ha acompañado a Borja al mercado para elegirlos, y se ha encargado de dirigir toda la operación, como corresponde a una veterana de 83 años.

Los caracoles, explica María, tienen su imprescindible puntito picante y están siendo todo un éxito. El otro día, unos amigos que fueron a probarlos se comieron cinco tazones entre dos… como para preguntarles qué les habían parecido…

La Bodeguilla nunca ha sido un bar caracolero: se ha sumado a la fiebre gasterópoda a consecuencias de  la pandemia. El año pasado, cuando debía haberse celebrado la Feria de El Puerto, el establecimiento lanzó un pack especial feria que servía a domicilio. Incluía tortilla, pescaíto frito o pimientos entre otros productos típicos de la fiesta, y se podía complementar con caracoles. Los caracoles resultaron tener una buena acogida, explica María, por lo que este año han decidido servirlos, ya mejorados gracias a la receta familiar.

Los caracoles se pueden probar en el establecimiento a 3 euros el tazón, y también se pueden pedir a domicilio a través de las dos aplicaciones con las que trabaja, Uber y Glovo. El precio de la tarrina de 850 gramos es de 10 euros.

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