El Tajón, un restaurante situado en la carretera de El Marquesado, a medio camino entre Chiclana y Puerto Real ofrece una cocina singular que combina clásicos como el menudo o el venado en salsa con platos internacionales como un pollo con leche de coco o una pastela marroquí

 

A las ocho de la mañana en la Venta El Tajón huele a lomo en manteca. Lo sirven a lonchas «enfoscando» unas buenas rebanás de pan de telera que traen de la panadería de Pepe El Soldao de Los Badalejos. En la casa también elaboran la manteca colorá y la blanca con tropezones de carne. Si no se es de rebaná también hay molletes e incluso pan de semillas «para los milindris».

La Venta El Tajón, situada en la carretera de El Marquesado, entre Puerto Real y Chiclana, es como un gran zoco de culturas…pero en rural. Si por la mañana huele a lomo en manteca, al mediodía puede oler a venao en salsa o a pizzas que también elaboran para atender a los vecinos de la zona o a los que no son de mojá pan. En una de las originales mesas de la terraza cubierta se puede ver a alguien comiendo un pollo cocinado con curry y coco, mientras que a su lado otro devora una berza de coles o una pastela marroquí. El contraste de culturas llega a su máximo exponente al final del almuerzo. Aquí no se termina con un pijama o con una tarta «Contessa» hay té moruno que se oficia con mucho humito oliendo a hierbabuena.

Vista exterior de la Venta El Tajón. Foto: Cosasdecome

En diciembre de 2019 el empresario José Luis Ufarte decidía reabrir una venta que estaba en terrenos de su familia. Anteriormente se había llamado el Chirimono o La Parada, pero Ufarte decidió rebautizarla como El Tajón, en homenaje al nombre de la finca de la familia. Ufarte no sólo hizo un «lavaito de cara del edificio», sino que lo remodeló y le dio nuevos brios.

El sitio está escondido y para atraer al público tiene que ofrecer «valor añadido» más allá de su amplio aparcamiento o estar casi en pleno campo. La solución la encontró en la cocinera Encarnación Cansino, una de esas profesionales que se conoce a la perfección la cocina tradicional que combina con otra especialidad a la que se ha ido aficionando con los años, la cocina árabe, que conoció hace menos de dos décadas pero de la que se ha enomarado. «Cada vez que puedo me escapo a Maruecos a buscar especias, pero sobre todo a aprender de las cocineras de allí, de la cocina casera del Norte de Africa que es de una riqueza enorme».

Cansino comparte la cocina además con otro profesional con experiencia, el conileño Pepe Trujillo, especializado en cocina italiana y especialmente en pizzas, cuya masa elaboran ellos mismos. El también se ocupa del asado de las carnes, otro de los «palos» que tocal la venta.

Los cocieneros Pepe Trujillo y Encarnación Cansino se encargan de la cocina. Foto: Cosasdecome

El establecimiento tiene una carta singular que se ve desde el primer párrafo cuando detallan las ensaladas que van desde la típica mixta de las ventas de toda la vida con tomate, maiz, huevo duro y atún, a una «Capresse» con mozzarella fresca o una ensalada marroquí con habichuelas verdes y arroz.

El apartado de guisoteo se alterna con otro dedicado a las pizzas y otro de cocina internacional desde tallarines pad thai con pollo y gambas a un rissotto de boletus o una pastela de pollo, a lo que hay que unir platos especiales también para los niños o unos chocos fritos de Puerto Real.

Ufarte trata de ofrecer alternativas para todos los públicos. Por eso también hay tapeo en la barra y en la terraza exterior y comida más de restaurante en los dos comedores interiores, uno de ellos, una terraza cubierta con vistas al campo.

En el sitio todo es singular, hasta el mobiliario, parte de él construido ex profeso para el establecimiento: unas llamativas sillas de madera con las patas traseras más cortas que las delanteras. La vajilla no se queda atrás y está muy alejada de los platos blancos de loza de las ventas. Cada especialidad tiene sus platos propios. Mientras que la sopa tomate va un sopero de estos que ahora modernos en forma de sombrero invertido, la comida marroquí va en unos vistosos y multicolores platos de colores.

El singular mobiliario de la terraza cubierta, uno de los comedores de El Tajón. Foto: Cosasdecome

A esta carta multicultural se unen las especialidades del fin de semana que giran más bien en torno al guisoteo. En esos días Encarnación Cansino despliegua toda su «artillería» de cuchareo. Suele poderse probar la sopa tomate que la ha hecho famosa, la carne al toro que tamibén hiciera famosa en su bar Las Golondrinas de Puerto Real, el menudo, la carrillada, la berza o el conejo en salsa, además de especialidades de caza como el venado o el jabalí, muy en la línea de las ventas de toda la vida.

A ello se unen especialidades marroquies como la pastela, el tajin o el cous cous. Comer en el establecimiento sale por entre 20 y 30 euros por persona, en la zona de restaurante.

La pastela, una de las especialidades del establecimiento. Foto: Cosasdecome

La última singularidad del sitio son los postres. Ofrecen varios tipos de tartas pero lo más solicitado es finalizar con el té al estilo marroqui que se sirve en vasos especiales y que se termina de preparar delante del cliente.

El establecimiento tiene ahora en obras una segunda planta donde situará varios comedores privados, uno de ellos ambientado con una estética del Norte de Africa en los que también tienen previsto ofrecer cursos de cocina y otras actividades relacionadas con la gastronomía

Horarios, localización, teléfono y más datos de la Venta El Tajón, aquí.

Pinche aquí para saber más.
Quiero probar los distintos sabores de un jamón