La fritura alcanza un nuevo estado de la materia en forma de bolitas crujientes, con un interior cremoso, cuyo secreto está en un fondo de camarones «muy cuidado»

 

«Tortillita de camarones líquida». Así se anuncia este entrante en la carta de Pazo de Iria. A primera vista, parece una croqueta de las modernas, pero la diferencia -explican desde el restaurante- está en un interior cremoso que explota en la boca y deja un sabor similar al de las famosas tortillitas.

La tortillita de camarones clásicas pueden encontrarse en varios grosores: las hay como de encaje, una filigrana de camarones y masa, y en el extremo opuesto nos las encontramos más abullonadas. Pero siempre sólidas; como mucho, algo cremositas en algunas partes.

Ahora, al fritura ha conquistado un nuevo estado de la materia y también está disponible en líquido. Pazo de Iria define sus tortillitas como unas «crujientes bolitas» con un interior cremoso. Es ese interior cremoso el que recuerda, al «explotar en la boca, el mejor sabor de una tortillita de camarones original».

El secreto, indican, es realizar estas bolitas «con un fondo de camarones muy cuidado con sus proteínas» y empanar «con delicadeza con mezcla de dos o mas harinas finas». Para dejar tal recuerdo en el paladar «que volverás a tomarte otro plato con una buena cerveza fresquita», aseguran.

El plato de tortillitas de camarones líquidas sale a seis euros según la carta consultada en octubre de 2022.

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19 tortillitas de camarones güenis, güenis

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