El establecimiento gaditano ha encomendado a una empresa vasca especializada el ahumado de una pieza de Gadira, que sirve sobre tostas.

 

«Un espectáculo». Así define Juan Carlos Borrell el nuevo producto que ofrece en la Taberna La Sorpresa de Cádiz. Se trata de un ventresca de atún ahumada.

Es una ventresca de atún rojo de almadraba, concretamente de la marca Gadira, ahumada ex profeso para el establecimiento. Para ello han confiado en la firma vasca Keia, que utiliza madera de roble francés y americano que se ha empleado en la elaboración de vinos en La Rioja alavesa. Es la misma empresa que les suministra el salmón que también se corta en el establecimiento (más datos aquí).

Explica Borrell que primero intentaron realizar este procedimiento con otra parte del atún, el tarantelo, pero no consiguieron la textura deseada; con la ventresca sí. Ha resultado ser, indica, «toda una joya» que se «funde en la boca».

La ventresca ahumada se servirá cortada muy finita, sobre una tosta. Ejercerá de maestro de ceremonias Mario Villero, el responsable del corte de salmón.

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