Carlos Gómez Tejera y Carmen Lérida regentan una de los establecimientos más conocidos de Algeciras donde siguen elaborando a diario churros de lazo y patatas fritas

 

Carlos Gómez Tejera nació en Dos Hermanas hace 65 años. Dice que le hubiera encantado ser feriante, recorrer mundo porque siempre «he sido inquieto», tanto que cuando hizo la mili fue paracaidista y le gustó tanto la experiencia que se aficionó al Parapente. El nombre de «La Oriental» voló sobre el Campo de Gibraltar anunciando churros y patatas mientras que su propietario miraba Algeciras desde todo lo alto.

Cada día llega a su establecimiento a las siete y media de la mañana para preparar la masa de los churros de lazo que venden desde las ocho. Poco más tarde llega Carmen Lérida Heredia, su esposa, que cuando se casó con el tuvo que aprender todo sobre el mundo de las masas fritas y las patatas recién hechas.

Carlos Gómez Tejera y Carmen Lérida en el despacho de La Oriental. Foto: Cosasdecome.

La Oriental es un sitio de esos con encanto. Está en la calle Ramón y Cajal, muy cerca de la avenida de las Fuerzas Armadas, una de las arterias más importantes de la ciudad. El sitio es pequeño y tiene dos entradas, una al despacho de patatas y churros para llevar y otra a una pequeña barra y contrabarra situada justo al lado de perol donde Carlos frie churros o patatas dependiendo del momento del día. En una gran cristalera el nombre de La Oriental y dos pizarras que anuncian que el café y media docena de lazos de churro salen a 2 euros y si quieres chocolate, de ese denso, pa mojá, la cosa se pone en 2,40.

Una gran bandera de España preside la fachada. Dentro Carlos y Carmen, los dos vestidos de blanco, con delantal. Ella con el pelo recogio y el con bigote. Carmen despacha la mercancía y Carlos se ocupa del perol. La tienda abre todos los días por la mañana y por la tarde. A primera hora churros del tipo lazo, «papitas» como también se conocen en bastantes sitios del Campo de Gibraltar, y luego patatas que venden en paquetes de varios tamaños que sellan ellos mismos con una máquina situada junto al expositor. Carmen pregunta si le pone sal y llena el paquete de patatas de «las agrias», las buenas pa freir, recién hechas.

Vista exterior. Foto: Cosasdecome.

Carlos confiesa que está deseando jubilarse: «No lo he hecho antes porque no he podido», pero en 2025 tendrá ya 66 años y «habré cotizado lo suficiente para irme. Un amigo me está esperando para empezar a pasear en bici por la zona, tengo muchas ganas». Mientras tanto, y cuando tiene tiempo se conforma con hacer bicicleta estática en casa.

Dice que es una persona inquieta. Lo heredó de su abuelo por parte materna, Francisco Tejera, un pastelero madrileño que triunfaba con sus creaciones en la capital de España pero al que la Guerra Civil cambió la vida y le llevó a convertirse en feriante para sacar adelante a una familia con cinco hijos.

Francisco puso en marcha un puesto de bollería frita que iba de feria en feria de ganado. Un día le tocó la lotería y decidió invertir lo ganado en una caseta «que llamara la atención». Un carpintero le hizo una virguería y le puso en los laterales unos adornos con aire de pagoda. Francisco cuando lo vió dijo esto «parece oriental» y de ahí surgió el nombre de la dinastía.

Las patatas fritas listas para servir. Foto: Cosasdecome

Francisco introdujo en su puesto bollos fritos, garrapiñada, manzanas de caramelo…y churros. Así salió para delante. Su hija, Ana, siguió con la actividad y regentó una churrería que iba de sitio en sitio. Hacían los inviernos, el único momento del año en el que estaban en un lugar fijo, en Dos Hermanas y allí nació Carlos. «Me hubiera encantado ser feriante, ir de sito en sitio» destaca ahora, pero las circunstancias les llevaron a Algeciras. Allí estaban cuando Ana enfermó y el padre de Carlos, Angel Gómez, decidió quedarse por la zona para hacer más liviana la vida de su mujer.

Angel y Carlos, que le ayudaba desde pequeño, también fueron inquietos y no se limitaron a hacer churros y patatas, sino que comenzaron a distribuir sus patatas fritas, que eran famosas en la comarca, por los cines y las tiendas de la ciudad. La Oriental fue pionera en envasar patatas en bolsas en la zona y se hizo muy famosa por entonces.

Carlos regentó puestos de churros y patatas en San Roque, en Getares, hasta que ya, junto a Carmen, decidieron establecerse en la tienda que ahora tienen en la calle Ramón y Cajal. Este churrero al que gusta contar historias y que muestra orgulloso el regalo que cada año hacen a sus clientes, un calendario con la foto del matrimonio, relata que «estamos en Algeciras desde 1958. Eso pone el cartel, aunque quizás llegaramos algo antes».

Llegaron a hacer churros rellenos y otros productos «pero ya nos centramos solamente en los churros de lazo y en las patatas fritas porque no damos abasto a más».

«Pon que lo que ofrecemos es totalmente natural» señala Carmen Lérida mientras nos ofrece una patata frita recién hecha que está crujiente y aún caliente. Dentro de unos meses harán un nuevo calendario que colgarán en la pared del local, como una hoja de méritos.

Horarios, localización, teléfono y más datos de La Oriental, aquí.

…Y además

Y aquí un video que recorre el Algeciras de desayunos:

 

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